Cuando Elfidio Alonso le hizo la «jugarreta» al Náutico
El libro «82 años, 82 latidos», que recoge en sus 1.029 páginas la historia del CB Canarias, está lleno de datos y anécdotas, algunas de ellas realmente simpáticas.
Una de ellas, que elaboró José Luis Hernández, la protagonizó el gran Elfidio Alonso, a la postre abogado, periodista y alcalde de La Laguna.
Fue en la antesala de la temporada 57-58. El excelente jugador lagunero defendía la camiseta del CB Canarias.
En aquellos tiempos existía una norma federativa que permitía al equipo que se proclamaba campeón provincial guardar dos fichas para reforzarse con dos jugadores de otros equipos para afrontar citas regionales y nacionales.
En la campaña anterior, la 56/57, el campeón resultó ser el RC Náutico, que optó por reforzar su equipo con Plasencia, del Hernán Imperio, y con el aurinegro Elfidio Alonso. El potencial fue tan bueno del conjunto nauta que además de proclamarse campeón de Segunda Nacional logró el ascenso a Primera División.
En el verano de 1957, el Náutico hizo todo lo posible por fichar a Elfidio, quien se veía especialmente presionado al pertenecer su familia a la sociedad chicharrera.
El jugador quería seguir jugando en La Laguna con su CB Canarias y no le gustaba lo más mínimo hacerlo con el Náutico chicharrero.
Elfidio Alonso, segundo por la izquierda, en la formación del CB Canarias en la cancha Hércules de Icod
Fue entonces cuando a los hermanos González, Fernando y Miguel, directivos canaristas, llegan un buen día y le dicen a Alonso: «Oye Elfidio, ¿por qué llegado el momento no te vendas un brazo y simulamos una lesión?», narra el mismísimo jugador. «Le dices que estás lesionado y esperas a que se acabe el plazo de los fichajes». Entonces hice eso. Me escayolé un brazo y le dije que estaba lesionado y que no podía ir a la primera concentración del equipo. Cuando todo esto pasó y se enteraron los aficionados se rieron bastante», relata en el libro «82 años, 82 latidos» Elfidio Alonso», quien siguió vistiendo el equipaje del CB Canarias.
Hay que significar que si en La Laguna el gran rival aurinegra era el decano Juventud Laguna, en la liga provincial el «enemigo a batir» era el Náutico chicharrero. De ahí la rivalidad existente de toda la vida, con los laguneros «bautizando» a los nautas como «LA MAREA» y, a los del CBC le pusieron el «sanbenito» de «FIEBRE AMARILLA», aunque los relatos dicen que este apelativo, que nació como un descalificativo, se lo puso la gente del Juventud Laguna.
Pues como estas son decenas las anécdotas que se recogen en este libro de dos kilos de peso que los aficionados y amantes de la historia y los datos estadísticos ya tienen a su disposición.
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