«La DESorganización FIBA, otra «vergüenza!»

«Entre todos lo mataron y el solito se murió». Lo sufrido ayer en las ¡siete horas! de presencia en el Santiago Martín no tiene nombre. Bueno, sí, INCOMPETENCIA.

AGUSTÍN ARIAS.-

Eso sí, máximo control de seguridad a la hora de acceder al garaje del Pabellón, con la Policía Nacional revisando los bajos de cada coche, esta vez sin pedirte que abriera la maleta. Esto ocasionó colas, al punto de que algunos se perdieron (es un decir por lo malo del partido) el inicio del choque entre americanos del Norte y del Sur.

Subes y te encuentras que no termina de «carburar» la línea wifi, lo que te obliga, hasta que el técnico hizo acto de presencia, a usar tu acceso privado a la red para comentar la primera semifinal.

Al término del primer choque, malo de solemnidad porque los USA no juegan en equipo y quieren hacer «la guerra por su cuenta», vas a la sala de trabajo con cuatro mesas y compruebas que algo ha cambiado, para mal, en la FIBA, agüita, dos termos chiquititos y una bandeja con una quincena de dulces que solo los primeros profesionales de la información en llegar saborearon. Eso sí, un amigo de la organización BCL me indicó que disculpara, que el domingo no iba a ocurrir. Le dije que seguro que esa escasez no se iba a dar en la zona VIP, la de los invitados FIBA.

Poco antes de arrancar la segundo semifinal, movimientos extraños en el sector del graderío más próximo al banquillo del visitante. Veíamos a aficionados aurinegros, los de «toda la vida», tratando de llamar la atención de los de Seguridad, incluso de la Policía Nacional, porque medio centenar de seguidores del US Monastir estaban ocupando sus asientos, esos cuyo abono le costaron 70 euros.

El caso era que lejos de ocupar sus asientos del segundo anillo, o tercero, pasaron olímpicamente de las indicaciones de las acomodadoras y se pusieron allí, en primerísima fila, detrás del banquillo de su equipo, comenzando con sus cánticos y con miradas y gestos provocativos hacia las dos peñas canaristas.

La desesperación iba creciendo, viendo a gente conocida protestar, casos de la familia del ex jugador del Canarias Cristóbal Santana, también de Pepe Luque, incluso de nuestro colaborador Fernando Villamandos y otros aficionados de aquella esquina, como la familia de Javi y Conchi.

Intervino presencialmente la Policía, pero a vigilar, pues fue la seguridad del propio Pabellón la que trató de convencer a los que se creen «los dueños del mundo», cuatro chiquillos, y no tanto, que pasan de normas, de precios y que la palabra respeto le suena a extranjero.

Afortunadamente apareció en escena Félix Hernández, presidente del CB Canarias (recuerden que organiza esta «porquería de Torneo» la FIBA) para invitar a esas personas que se venían sin su localidad pagada, a presenciar el encuentro en la zona VIP, es decir, en primeras filas frente a banquillos y mesa de anotadores.

Porque los tunecinos no querían moverse, como si buscaran «los pobres» la intervención de la Policía Nacional para quedar como «visitantes despreciados por las Fuerzas de Seguridad del Estado». 

Y la pregunta es ¿dónde carajo estaba el «jefe» de «operaciones especiales» en los partidos del CB Canarias para forzar, sin fuerza, que esos «invasores» de grada ocuparan los asientos por los que pagaron? Porque recuerdo que en Liga Endesa, te levantas para respirar y las cámaras te vigilan y un seguridad te llama la atención. ¿Qué ha fallado aquí? ¿Por qué tanta permisividad para los «invasores de asientos de 70 euros?…

Conclusión, que si la FIBA es la responsable de la organización de la Copa Intercontinental debe ser gente contratada por la FIBA la que deba controlar el orden y, ya de paso y cono simple anécdota, tratar de que quienes van al evento a trabajar, porque llevar la información a los lectores, oyentes y televidentes es trabajar, dispongan de algo tan esencial como unos sandwich sencillitos para al menos engañar al estómago durante esas 7 horas. Y no les hablo de las larguísimas colas en el hall para comprar un perrito caliente o tomarme un cafecito caliente para paliar el frío y la espera entre partido y partido.

Y termino con una petición a las instituciones que han pagado por traer a Tenerife la Incontinental, no se dejen engañar por los «fiberos», ellos solo buscan los 400.000 euros por conceder la sede y estar cuatro días a todo lujo en el Iberostar Grand Hotel Mencey. Como diría el maestro José María García, son «vividores a costa del Deporte».

1 Comentario
  • Luis Rodríguez Fumero
    Publicado el 14:46h, 11 febrero Responder

    Suscribo todo lo que dice el amigo Agustín Arias, de pena y de mucho sentimiento está grab afición se merece algo más.

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