El mal del baloncesto femenino se llama «REINOS DE TAIFAS»
AGUSTÍN ARIAS.-
Un total de ¡23 jugadoras! han lucido la camiseta del Tenerife Clarinos en los treinta encuentros oficiales de la Liga Femenina Endesa.
Una temporada para olvidar, con tan solo tres victorias en esos treinta partidos, cerrando la competición en última posición y a ocho victorias de la permanencia.
Cambios de entrenadores, salida de jugadoras, presencia de canteranas, serios problemas económicos… muchos han sido los motivos de una 22-23 fatídica que «condenan» al baloncesto tinerfeño a volver a perder (ya se había descendido en la 21-22) lo que tanto sacrificio ha costado: estar representado en la élite del baloncesto femenino español.
¿Culpables? quienes confiaron en poder sacar adelante un presupuesto sostenido, en un 90%, por las instituciones públicas, cuando se ha demostrado que esas ayudas son pocas y, además, llegan muy tarde a las arcas del club.
Y si con ese hándicap asumes una plantilla costosa, con la que no puedes cumplir… entonces llegan las quejas razonables de quienes jamás dejaron de trabajar y a las que, por los motivos citados, no pudieron pagar.
La salida fue numerosa y escalonada, lo que dejó mermado al equipo lagunero, sin opción de salvación.
Tras consumarse el descenso y ya con Raquel Álvarez asumiendo con trabajo, seriedad y valentía la misión de acabar decentemente la temporada, llegó el momento del adiós. Y lo hizo en el derbi canario y ante los escasos aficionados que no dejaron de respaldar un proyecto que nació un día para devolverle a la Isla la élite nacional y que, por no hacer bien las cosas, finalizó ofreciendo una triste imagen.
Ahora llegará el momento en el que Claudio García del Castillo, presidente, al que enviamos el deseo de una pronta recuperación, se reúna con su directiva para cerrar decorosamente con las profesionales que han lucido el escudo del CB Clarinos.
Y si no se ve salida a la crisis, igual es preferible entonar el «mea culpa» y dar un paso al costado. Porque si no hay perras para estar entre los 16 grandes, comenzar un nuevo proyecto desde la humildad no parece una mala idea.
De la «guerra» Tenerife-Las Palmas a la «guerrilla» local
Es una pena que en una Islita tan pequeña, en la que el baloncesto siempre ha tenido gran repercusión, los «reinos de taifas» estén por encima del bien generalizado.
Porque si existiese un verdadero interés por hacer grandes cosas con las féminas que practican este deporte, en lugar de «mirarse el ombligo» por aquello de dejarse notar o salir en la foto, sin duda otro «gallo nos cantaría».
Antes la «guerra» estaba entre Tenerife y Gran Canaria (léase Paco Apeles versus Domingo Díaz/Begoña Santana), pero desde hace unos años la «guerrilla» la protagonizan los propios clubes de esta Isla, donde las relaciones no existen y las zancadillas son constantes.
Y el futuro cercano no invita al optimismo, ya que hay al menos un club en Primera División Femenina cuyos «controladores» creen ver en el enfrentamiento ofensivo, en la mentira y en los intentos de desacreditación, los únicos argumentos para alcanzar la categoría nacional.
Buscan un hueco en la Liga Femenina-2 para así «vender» cómo de bien se hacen las cosas en esa entidad, pero no terminan de aceptar que estar en categoría nacional tiene sus costes y que los recursos económicos brillan por su ausencia.
¿Volver a vivir de las ayudas institucionales? ¿Tropezar con la misma piedra y dejar colgadas a jugadoras y entrenadores?…
Yo recuerdo el paso por la redacción de El Día de conocidas y destacadas jugadoras para denunciar dos y hasta tres meses de impagos; contratos que no se respetaban; ayudas para «esto» y que se destinaban a lo «otro»…
Jugadoras que, siendo de otra isla, no tenían ni para comer, recurriendo a los alimentos que les daban las familias de compañeras. Y de esto no hace más de siete u ocho años.
¿Cómo superar esta triste situación para que se pongan esos granitos de arena que nos permitan volver a la élite?
La única salida se llama OR-GA-NI-ZA-CION, SE-RIE-DAD Y COM-PRO-MI-SO. Y ya la disfrutan en Zaragoza, Valencia, Barcelona, Badalona, Madrid y Salamanca.
En Tenerife esas tres enormes palabras las represente, guste o no, el CB CANARIAS.
Pedro Pérez
Publicado el 11:07h, 18 abrilMe dice mi madre, que fue jugadora en los setenta, que deberíamos tomar ejemplo del club de Las Palmas, que siempre ha aglutinando a las mejores jugadoras de la Isla y reforzada por niñas africanas que siempre ha llegado a triunfar. Aquí hay mucho enfrentamiento porque, como usted dice, cada presidente quiere que su equipo sea el que lleve la iniciativa. Uno porque juegan sus hijas y otro por que su hijo tenga equipo donde entrenar. Así nos va. A ver qué hace el Cabildo a la hora de subvencionar a dos equipos de una misma categoría.
Alfredo Finca España
Publicado el 11:11h, 18 abrilPregúntale a sus amigos periodistas afines a determinada ideología y secta porqué saca trapos sucios y mentiras del Clarinos y oculta la basura que guardan bajo la alfombra sus amiguitos de otro club. Si tiras de esa alfombra verá la verdad.
Seguidor del baloncesto en general
Publicado el 12:04h, 18 abrilPregunte usted porqué en los clubes femeninos no hay exjugadoras que puedan hacer crecer el baloncesto femenino en Tenerife. Y me refiero a Yolanda Moliné, Merce Marrero, Lidia Mirchandani, Estela Ferrer, Cáceres Falcón, Esperanza Morales y un largo etc.