EDITORIAL: «El CB Tacoronte, muy por encima de un hecho aislado»

«Los árbitros están sometidos, jornada tras jornada, a insultos, expresiones de menosprecio e intentos de agresión por participantes y espectadores, por el mero hecho de realizar una práctica deportiva en su condición de árbitros»

AGUSTÍN ARIAS.-

Este párrafo, que figura en el documento-denuncia presentado por los ocho árbitros participantes en la Fase de Ascenso a Liga EBA, como repulsa a una acción aislada de un jugador del CB Tacoronte, acontecida 48 horas después de finalizar la competición, es una referencia a lo que, desgraciadamente, se vive en algunas canchas de nuestro baloncesto.

Acciones incontroladas que no siempre encuentran en el Comité de Competición el castigo que define las Reglas de Disciplina, incluso no ven la luz pública al ampararse en el derecho a la «protección de datos». ¿Acaso prima por encima de la «protección del agredido o insultado?…

Dicho esto, defendiendo en todo momento la labor de los árbitros, con derecho a ser RESPETADOS por muy mal que lo haga en una pista de juego, se hace necesario dejar bien claro, y desde BASKETMANIATENERIFE.ES lo hacemos, que la imagen del CB Tacoronte debe quedar al margen cuando se está ante un caso aislado, fuera de lugar e impropio de un jugador del nivel deportivo del triste protagonista.

Estoy seguro que el jugador se habrá arrepentido de lo que tal vez considera «una tontería sin más». Pero he aquí que lo colgó en redes sociales y ya se sabe el peligro que eso conlleva, máxime en estos tiempos en los que se han endurecido las leyes contra las conductas relacionadas con el odio, maltrato…

La frase con la que se abre este comentario ya ha originado un buen número de comentarios, con gente que cuestiona la deportiva de un club señor como lo es el que preside Marcos Almenar y que está celebrando el 50 aniversario de su creación.

Cierto es que de cualquier rincón de la grada; de cualquier banquillo de entrenador o de los propios jugadores puede salir UNO que trate de buscar, al precio que sea, su «minuto de ¿gloria?» insultando, vejando, agrediendo a un árbitro o a un rival. Con frecuencia, y hay casos evidentes en nuestro propio baloncesto, en el que son los dirigentes del propio club los que salen al paso de inmediato para cortar de raíz el problema y dejar bien claro que la institución no respalda ninguna acción de violencia y que, además, está por encima del «energúmeno» que agrede;  del «tonto  del pueblo» que no deja de insultar, o del «¿deportista?» que se quiere hacer el gracioso colgando en redes sociales lo que considera «una bromita» pero que no gusta a nadie y ofende a todo un colectivo.

Estoy convencido que en los distintos estamentos oficiales, léase Federación Canaria e Insular, así como el Comité de Árbitros, se valora el trabajo, el trato y la deportividad que desde el CB Tacoronte se le brinda a los equipos visitantes y al colectivo arbitral.

 

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