Lo que hoy llamamos 3×3 antes se llamaba «Un 21»

Las federaciones nacionales se están volcando con el 3×3, atractiva modalidad cestita en la que, como la misma definición indica, se juegan partidos en una zona parte de la cancha, con tres jugadores en pista y un reserva (equipos de cuatro), con árbitros y oficiales de mesa.

AGUSTÍN ARIAS

Pero esta especialidad no es nueva. Ni mucho menos. Desde la década de los sesenta y hasta la entrada del siglo actual en las canchas de los colegios, en el recreo, se reunían jugadores y formábamos equipos de tres. También cuando llegábamos con antelación a los entrenamientos y los doce jugadores nos dividíamos en cuatro equipos de tres, utilizando las dos canastas.

No se jugaba con tiempos establecidos. Ganaba el primero que llegara al punto 21. La canasta valía dos puntos (en mis tiempos no existía la línea de triples) y un punto el tiro libre anotado.

Bajamar, de los pioneros en organizar torneos 3×3

En verano, cuando la palabra Campus no existía, nos reuníamos en la vieja cancha de Anchieta (y en cualquier plaza con un aro), para pasar la mañana de los domingos o las tardes de la semana tratando de ganar al resto de equipos.

¡Ah! y no era necesario la presencia de un árbitro ya que los propios jugadores sabíamos entender lo que era falta y lo que era «juego duro sin cruzar la raya de lo antideportivo». 

 

 

5 Comentarios
  • MATÍAS
    Publicado el 11:37h, 25 junio Responder

    Qué recuerdos aquellos en Anchieta jugando desde las cuatro de la tarde hasta que se encendían los focos. Los partidos a 21 hasta que llegaba el entrenador y nos mandaba a dar vueltas a la cancha para supuestamente entrar en calor cuando ya estábamos reventados. Y recuerdo a Carmelo Cruz, Al que no le gustaba perder y se calentaba. La guerra entre Santiago Pérez y Juanito Miranda base contra base. O la batalla por tirar de fuera de Manzano y Carlitos. Y como bien apuntas, sin árbitros.

  • PACO GARCIA
    Publicado el 11:41h, 25 junio Responder

    En Tacoronte también jugábamos al 21 antes de empezar los entrenamientos. Y las broncas que armábamos hasta que venía el entrenador Carlos el policía y paraba el partido… lo pasábamos muy bien en aquellos años setenta. Yo estaba más horas en la cancha del instituto que en mi casa y mi madre se ahorraba la merienda. Jajajaja.

  • Antonio del Castillo
    Publicado el 11:45h, 25 junio Responder

    Ñosssss sí es verdad. Hoy cuando veo a esos chicos todos equipados y con buenas zapatillas me acuerdo de aquellos tiempos en los que memorizando el color de la camiseta se rus compañeros para no pasarle el balón a un contrario. Jugué muchos «21» en el Quisisana, hasta que el.dueño del balón se tenía que ir a su casa. Estamos viejitos Arias. Aunque mejor decir MAYORES.

  • FERNANDO
    Publicado el 11:50h, 25 junio Responder

    En casa de mis padres teníamos una canasta en el patio de cemento. Iba a tocar las puertas de los amigos para que vinieran a echar unos Veintiunos. Lo pasábamos genial . En la actualidad sigo jugando en el aro del parque Don Quijote, aunque que ya he cumplido los 75. Conservo el buen tiro, pero ya ni corro por el balón ni me fajo por los rebotes.. ustedes me entienden, PURETAS. Jajajaja. Saludos y gracias al «viejo Arias» por estas cositas.

  • Daniel Hernandez
    Publicado el 12:01h, 26 junio Responder

    Buenas Agustín, en Bajamar, yo de niño, lo hacían a 12 puntos los 3×3 en la canasta de las antiguas rampas de la playita, porque llegaban a haber más de 10 equipos fuera entre locales, surferos y veraneantes, así que el que perdía, a coger olas un rato hasta que le volviera a tocar,jeje. Pero si, a 21 era lo normal. También se jugaba más duro, se permitía más contacto, y cuando llegabas a pretemporada a finales de agosto , estabas hecho un toro. Bonitos recuerdos que siguen a día de hoy en Bajamar

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