«El Girona no puede con el Tenerife», titula L`Esportiu
El partido empezó siendo una lucha de despropósitos. El marcador reflejaba un 4-2 superados cinco minutos y el 4-4 llegaba en el tercer intento de un ataque que dejaba en evidencia el rebote defensivo local. Brown era titular por primera vez y tuvo una primera aparición prometedora pero muy engañosa, porque todo lo que hizo después fue negativo.
El rebote ofensivo (2-6 en el primer cuarto) ha ayudado al Tenerife, que ha ido a remolque mucho rato pero ha terminado el primer cuarto con ventaja (13-14) tras corregir con un triple de Vicedo y otro de Marcelinho el tiro exterior.
Los triples de los locales se hicieron esperar hasta el arranque del segundo cuarto, pero llegaron por partida doble de Iroegbu, que lo redondeó con una asistencia magistral hacia Sergi Martínez, que situaba hacía pedir el primer tiempo muerto a Vidorreta (21-17).
Desencadenado, Iroegbu hizo su tercer triple en cuatro minutos (100%) antes de ser sustituido y ovacionado. Pero ha estado solo. Huertas iba encontrando espacios hacia los interiores para mantener cerca el Tenerife. Con el Girona atascado, el triple de Doornekamp volvía a aventajar a los visitantes (24-26). Y el segundo del canadiense obligaba a Salva Camps a detener el partido (26-31, a 2:36 del descanso).
Lo agravaba Sastre con otro triple (26-34) en pleno colapso de los de Salva Camps, que llegaron a medio partido con un -11 (26-37, tras cerrar el cuarto con un 13-23) que se hacía una montaña.
El triple de Sastre (26-40) era la peor forma de empezar el tercer cuarto. El primer alley-oop de Yves Pons ha reanimado a Fontajau. Dos triples amarillos seguidos situaban un 29-46 (-17), pero Quino Colom, inédito hasta entonces, apareció con tres triples consecutivos (le había precedido Goloman) que llevaron la esperanza (45-53, a 1:38 ).
El tercer cuarto ha terminado con abucheo hacia los árbitros de las más intensas que ha habido últimamente en Fontajau, por una falta en ataque más técnica a Quino (45-57).
El Lenovo ha comenzado el último cuarto por encima de los diez puntos y ha ido rebajando las expectativas locales, que no han perdido la fe, personalizada Sergi Martínez, que ha roto la barrera psicológica (60-68) con tiempo para creer (4:03).
El Girona ha fallado en cuatro ataques que le hubieran podido acercar mucho.
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