«Merece darse un homenaje», por Carlos García en EL DÍA

El Lenovo Tenerife pretende celebrar a lo grande –con un triunfo sobre el Barça para forzar el tercer partido– el regreso de la afición al Santiago Martín l Evitar la sangría ofensiva exterior azulgrana será determinante

El Lenovo Tenerife quiere vivir hoy una fiesta. Pese al mal sabor de boca que le ha podido dejar su escandalosa derrota del lunes en el Palau contra el Barça (112-69), el cuadro lagunero afronta el choque de esta noche con la intención de darse un homenaje. Independientemente del resultado, si bien el fin primordial de los de Txus Vidorreta para este segundo duelo sea, más si cabe, el forzar el tercer y definitivo choque de la serie.

Un deseado festín con no pocos alicientes en la vuelta del público, 15 meses después, al Santiago Martín. Será la presencia en las gradas de un millar de aficionados aurinegros el principal motor que esgrima el cuadro lagunero para ofrecer su mejor imagen a lo largo de los 40 minutos. Esa versión sin fisuras que parece la única que le podría servir al conjunto isleño para plantarle cara a un rival, el azulgrana, que a base de una enorme intensidad física defensiva (y el lunes también un acierto superlativo en ataque) trae por la calle de la amargura este curso a los canaristas.

Ese equilibrio en los dos lados de la pista de los de Jasikevicius es precisamente el que hoy debe ofrecer también el Lenovo para tratar de darle mayor enjundia a su particular celebración. Un evento que bien podría ser el último en Los Majuelos de la larga temporada de los aurinegros, que, como mínimo, se merecen decir adiós a lo grande en la que ha sido su mejor campaña dentro de la ACB. Una despedida en casa -o todavía no- que sería a lo grande -para el club y para sus seguidores- en caso de tumbar al conjunto culé, pero que también valdría de sobra si los de Vidorreta, dentro de una seña de identidad exhibida en no pocas ocasiones, son capaces de pelear por el partido hasta la bocina final.

Para llegar a ese desenlace satisfactorio, varias parecen las premisas concretas a cumplir hoy por el Lenovo Tenerife. La primordial, lograr que sus bases, sobre todo Huertas, no sufran como en episodios anteriores en el manejo del balón ante la presión azulgrana y, por extensión, se resienta la producción del resto de compañeros en cancha. Varios son los principales damnificados: por un lado algunos de los exteriores, como Salin y Doornekamp, que en Barcelona apenas pudieron recibir en condiciones para armar el brazo más allá del perímetro; y también Shermadini, aislado muchas veces en la zona a consecuencia de una defensa de anticipación y luego de ayudas.

Además, también se antoja vital equilibrar la aportación desde el perímetro, aquella con la que el Barça hizo trizas el duelo del lunes (13/17 en triples en la segunda parte) ante un rival, el canarista, que acabó el partido con un pobre 4/16. Si ambos equipos se mueven en sus números habituales, las opciones de mantener pareja la contienda y soñar con algo grande, aumentarán para los de Vidorreta. Suceda lo que suceda, el posible fin de fiesta canarista está más que justificado.

Conjura para vengar un revés histórico

El 112-69 registrado en el Palau este lunes supone la victoria más abultada en un playoff de la ACB desde hace exactamente 20 años. Y es que los 43 puntos de diferencia en un cruce por el título no se daban desde el 21 de mayo del 2001, cuando en el mismo escenario el Barça aplastó al Fórum por 106-62 (+44) en el segundo choque de cuartos de final.

Aquel encuentro lo jugaron, entre otros, Jasikevicius y Pau Gasol. Superan los catalanes de esta forma el 101-59 (+42) endosado al Zaragoza en los cuartos de la campaña 18/19. Además, ese abultado tropiezo es el tercero más grande recibido por los aurinegros a lo largo de todas sus campañas en la élite nacional.

El récord lo tiene el propio cuadro azulgrana con el 129-77 (+52) del ejercicio 81/82. Por sensaciones y resultado definitivo, el estreno de las semifinales también trajo a la memoria de los canaristas la derrota por 102-60 en la Copa del Rey de Málaga en 2014.

Esa querencia blaugrana por apalizar al cuadro insular no se queda ahí, ya que los laguneros han recibido otros serios reveses de su actual rival: 129-96 y 94-120 en el curso 83/84; 128-86 en el 87/88; 100-75 en el 12/13; 93-58 en el último partido del ejercicio 15/16 y un más reciente (19/20) 103-71.

Hoy, ganar, aunque fuera por un punto, le valdría a los isleños para vengar todas esas abultadas derrotas.

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