SASU SALIN se ejercitó con el grupo; Aaron Doornekamp, descartado
No por haberse convertido en una sana costumbre deja de tener su mérito. ¡Y tanto que lo tiene! El Lenovo Tenerife se medirá este viernes al Peristeri griego en busca de la que sería la cuarta final de su historia en la Basketball Champions League (BCL), la máxima competición de clubes de FIBA Europa.
MARCOS PERERA, BELGRADO.-
Lo hará en un escenario moderno, el Belgrado Arena, un recinto multifuncional, sede los últimos años de eventos varios como la Final Four de la Euroliga 2022, eliminatorias cruciales de la Copa Davis de tenis o el Festival de Eurovisión. La cita, a partir de las 17:00 hora canaria (Teledeporte | rtveplay | TV Canaria).
Ubicado en la ribera del río Sava, en pleno corazón de la Novi Beograd (la Nueva Belgrado), el recinto serbio acogerá, con un vanguardista parqué de luces LED, la quinta semifinal aurinegra de su idilio con la BCL. A escasos cinco minutos de la fortaleza de Kalemegdan, entre cuyos muros germinó lo mejorcito del kosarka yugoslavo, el Canarias afronta un nuevo desafío, no exento de dificultades, tras un largo y exigente camino.
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El equipo tinerfeño, bicampeón del torneo, se ha plantado en el zaguán de la gran final, tras haber superado, entre otros escollos, a dos subcampeones recientes (el Hapoel Jerusalem y el Pinar Karsiyaka) y después de haber tenido que apurar la ventaja de campo en su serie de cuartos de final, ante el Tofas Bursa turco.
Enfrente, los canaristas tendrán a otro equipo que ha acumulado también méritos de sobra para plantarse en la Final Four de Belgrado, entre ellos haber eliminado al vigente campeón del certamen, el Telekom Bonn, en un play off de cuartos con el factor cancha en contra; y el haber levantado un inicio de 0/3 en el Top 16.
En ese contexto, el que habla de la BCL quizás más exigente en los ocho años de historia de la competición, el Lenovo Tenerife tratará de llevar hasta el final su sueño europeo. Para ello, el técnico Txus Vidorreta no podrá contar con la consabida baja de Jaime Fernández; ni con Aaron Doornekamp; mientras que es duda, Sasu Salin. Los griegos, por su parte, llegarán con todo.
Solo desde la firme creencia en sus señas de identidad, esas que tan lejos le han llevado en otra campaña plena de satisfacciones en los distintos frentes competitivos, podrá el Canarias aspirar con fundamento al triunfo. La fortaleza colectiva atrás para minimizar el talento de su adversario; el criterio y acierto en ataque; y la intensidad para igualar o superar su nivel físico, serán premisas innegociables en un reto con mayoría de aficionados griegos en la grada, pero con más de 200 fieles aurinegros que se dejarán la garganta por su equipo.
Reducir la capacidad de maniobra de los exteriores del Peristeri, con el base zurdo Joe Ragland, máximo asistente de la BCL, a la cabeza; y los muchos puntos que atesoran en sus manos los Kenny Williams, Jermaine Love, Mitrou-Lang y compañía; menguar los intangibles de Kaselakis o Dangubic, soldados curtidos en batallas varias; y evitar que los interiores impongan su músculo y su atleticimo, serán otros aspectos a tener en cuenta.
Un pulso pues de máxima exigencia, donde saldrá airoso el que mejor se maneje en los detalles, el que antes y mejor lea el partido para imponer su ritmo y sea capaz de llevar el duelo a su trinchera. Un desafío solo para irreverentes con un premio extraordinario para los aurinegros en caso de triunfo, el de disputar la que sería su cuarta final de la Basketball Champions League.
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