«La eficacia ofensiva del Tenerife tumba al Río Breogán en el Pazo», titula EL PROGRESO

El conjunto canario rubricó unos porcentajes de acierto estupendos desde todas las distancias y dominó el rebote, lo que decidió la suerte del duelo

CRÓNICA DE NACHO FOUZ

El parqué del Pazo dos Deportes fue el ring ideal en el que este sábado se midieron dos boxeadores con estilos contrapuestos pero con idéntico ansia de victoria. El Río Breogánmás joven, impredecible y dinámico; y el experimentado La Laguna Tenerife, paradigma en la Liga Endesa del juego a ritmo lento y controlado. Y el combate se lo llevaron los canarios, aunque a los puntos, pero demostrando el porqué son uno de los equipos más eficaces y fiables de la ACB en ataque.

La escuadra insular, que concluyó el enfrentamiento con unas cifras estupendas (24/35 en el tiro de 2, 14/25 en triples y 18/18 desde el 4,60), dominó asimismo el rebote (20-29) y en muchos momentos marcó el tempo del duelo. Demasiado para un Río Breogán que, tras un mal arranque, fue siempre a remolque. Aun así, el cuadro de Lugo aguantó en pie como un buen fajador, peleó e incomodó a su rival en ciertos tramos de la pugna, pero su falta de continuidad tanto en defensa como en la ofensiva le impidió una remontada que, a decir verdad, solo estuvo cerca al filo del descanso.

La formación celeste compitió mejor cuando pudo correr y mientras su tiro exterior aguantó; a medida que este decayó tras el paso por los vestuarios, también sus posibilidades ante el buen hacer de su rival, que hace de la veteranía un arte. Consecuentemente, el bagaje del Río Breogán tras las 10 primeras jornadas se queda en un 4-6. Toca levantarse; el próximo domingo hay otro combate frente al Surne Bilbao.

La pelea comenzó con una canasta de Shermadini y un fugaz intercambio de golpes bajo ambos aros. Un matazo de Dibba puso el 7-8 cuando solo habían trascurrido 2 minutos del primer asalto. Los laguneros, muy, muy atinados en el lanzamiento (firmaban entonces un 3/3 en tiros de 2 y 4/5 en triples) sellaron un parcial de 0-12, lo que obligó a intervenir al coach local por primera a 30 segundos de ecuador del acto inicial (7-20).

Los celestes se espabilaron con la segunda unidad en la cancha, incrementando la intensidad de su defensa y haciendo daño en la pintura tinerfeña con Sakho; no obstante, los de Txus Vidorreta continuaban golpeando de forma implacable y efectiva sobre la mandíbula de su oponente (16-31, m.8).

Impulsado por un gran Mavra (6 puntos, 1 robo y 1 asistencia en un minuto y pico), el Río Breogán consiguió evitar el knockout prematuro tras los primeros 10 minutos de riña (24-33).

El segundo round arrancó con ritmo, lo que convenía a los lucenses, pero nuevamente el tino en el lanzamiento desde más allá de los 6,75 metros del Tenerife (rubricaron un espectacular 8/13 en la primera parte) logró aplacar el ímpetu local (29-40, m.13). Luis Casimiro lo intentaba todo con continuos cambios de fichas ante un granítico cuadro insular, perfectamente dirigido por Huertas y/o Fitipaldo (35-44, m.16).

El preparador manchego detuvo la contienda solo 60 segundos después para afrontar la recta final del segundo asalto. Y funcionó. El conjunto del león en el pecho se situó a solo 6 puntos (42-48), lo que no le gustó a Vidorreta, que replicó con otro tiempo muerto inmediatamente después.

El Pazo vibró de lo lindo tras un triple de Cook con suspense, lo que apretó el luminoso todavía más. El Tenerife ya no se sentía tan cómodo sobre el ring, pero la línea del 4,60 les proporcionó el aire que necesitaba antes de que el réferi mandara a ambos a descansar (51-59).

El Río Breogán había tirado bien en la primera parte del duelo (16/24 en T2 y 4/9 en T3), pero su rival también, como está dicho; eso sí, cedía con claridad en la contienda por los pocos rebotes que se generaban (7-16).

El paso por el vestuario no laceró la puntería rival, que en un visto y no visto amplió su renta de nuevo a base de certeros uppercuts de tres puntos (53-69, m.22). Como el panorama no variaba, el entrenador breoganista solicitó un receso dos minutos después (55-72).

Una técnica al banquillo celeste inmediatamente después encendió de nuevo los ánimos del pabellón, que tiraba de sorna ante lo que entendía un dispar criterio arbitral. Un block de Brankovic y un triple de Andric supusieron la espoleta de salida en una nueva reacción del Río Breogán, que golpecito a golpecito se acercó, pese al buen hacer de Huertas, que en ese lapso lideraba a los suyos (67-77, m.27).

De ahí al final del tercer round la energía de Dibba contagió a los suyos en el postrero intercambio de bofetadas (71-81). Alonso, ya con el crono a 0, recibió una técnica por protestar una falta en su último lanzamiento. Y el Pazo, claro, se enfureció otra vez, pero mucho más que antes.

En el último asalto, que amaneció con Huertas en la línea del tiro libre, los locales tocaron a rebato, pero como en un déjà vu, el cuadro lagunero contestó desde más allá del arco y el rincón celeste reaccionó veloz (73-88, m.32). Shermadini (acabó con 34 créditos de valoración) golpeaba continuamente la zona rival al culminar el ya mítico pick and roll central canario y la diferencia se disparó (73-95, m.34).

El Río Breogán, cuyo porcentaje de acierto en el triple fue decayendo progresivamente, no arrojó la toalla y continuó aguantando los golpes pese a que el duelo ya estaba decidido. Y en esa tesitura, el Tenerife pasó de la centena de puntos a falta de poco más de tres minutos para la conclusión del duelo (80-102).

El Pazo aplaudió con sarcástica rabia al grito de «MVP, MVP» la primera falta personal que le pitaron a Shermadini cuando restaban 2.29 minutos para el remate del choque. Eran los estertores ya de un combate en el que los viejos rockeros del equipo canario siempre fueron por delante. La puntuación final de la pelea reflejó en las tarjetas una victoria a los puntos para los visitantes (96-108).

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