«Con la ayuda del vecino, mi padre mató…», por Fernando Villamandos

SECCIÓN: DESDE LA PRIMERA FILA
TITULAR: CON LA AYUDA DEL VECINO, MI PADRE MATO…
AUTOR: FERNANDO VILLAMANDOS

«Hoy se jugó probablemente el partido más malo que se ha jugado en el Santiago Martín en mucho tiempo. Malo no, peor.

Los dos equipos se pusieron de acuerdo para ver quién lo hacía peor. Y el menos malo fue el que se llevó el partido. Y no digo merecidamente porque con todos los disparates que vimos en el parquet fue el Granca el que más sentido le puso al juego y después de varias alternativas fueron ellos los que se llevaron el triunfo.

Con un juego cargado de errores por parte de los dos equipos, ganaba el primer cuarto el Canarias con solo trece puntos marcados por nueve de los vecinos. Estuvo el juego marcado por pérdidas tontas, con una cantidad de pases fallados fuera de lo normal.

Un amigo me decía que si eso se lo hace un jugador infantil se coge un cabreo de campeonato. Pues bien, a todo esto, hay que sumar que se fallan nada menos que catorce tiros de tres lo que dio lugar a que los de amarillo hoy se fueran al descanso con cinco puntos arriba.

La segunda parte empieza con las mismas sensaciones. ¿A que jugaba el Canarias?. Tres cuartos que no sabíamos a qué jugaban los laguneros.

Nunca los habíamos visto tan desorientados en la cancha, sin hacer su juego habitual. Porque si yo fallo en el tiro como lo estaban haciendo, busco otra fórmula, busco más por dentro a Gio, hago penetraciones, intento sujetar más a los dos hombres del Granca que eran lo que estaban haciendo daño. No se hacia nada del tipo de juego que es habitual y el Granca se sentía cada vez más cómodo porque el Canarias estaba negado y se empeñaba en seguir erre que erre sin acertar. Acciones individuales que no conducían a nada.

Fue en el último cuarto que con un poco más de intensidad se lograba igualar el partido, y con todo casi se gana el mismo. Había que pararse un momento y reflexionar en lo que queríamos hacer y no decir que fulanito fallo el último tiro que podría haber dado el resultado del partido.

¿Y el arbitraje? ¿Qué querían demostrar? Horroroso. También de lo más malo que se ha visto en el Santiago Martín. Parecían que rivalizaban para ver quien la hacía más gorda. No mantuvieron criterio ninguno. Cuando el juego estaba, por un lado, saltaba el árbitro del lado contrario pitando algo que te costaba comprender. Muy malo. Fatal.

El título de la crónica viene a cuenta del dicho popular. Cuando hoy sale beneficiado un equipo con “la ayudita” arbitral en nuestra tierra se dice que con la ayuda del vecino, mi padre mato un cochino»

DISFRUTEN DEL BALONCESTO

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