
«La Laguna, reino del MVP», por Antonio Rodríguez
El periodista ANTONIO RODRÍGUEZ, firma un atractivo y a la vez emotivo reportaje en ENDESA BASKET LOVER que titula «La Laguna Tenerife, reino del MVP».
Un artículo editado antes del partido de ayer en Manresa
«Carretera abajo desde el aeropuerto de Los Rodeos, en San Cristóbal de La Laguna, uno sucumbe a la vista de Santa Cruz de Tenerife al fondo, entremezclada con el mar. La curva del trayecto ayuda a una panorámica que embriaga por su belleza, abriéndose paso a una ciudad que evoca tranquilidad. Justo antes, a la derecha quedan algunas viviendas que se entrelazan y dan paso a un grisáceo polígono industrial. Y un desvío para salir de la autovía: Los Majuelos. Tómenlo.
De la belleza de más abajo no queda mucho ahí. Un vetusto recinto en forma de elipse muestra enormes pósters de futuros conciertos y la estampa de ídolos del baloncesto posando. El pabellón Santiago Martín descubre a sus moradores, entre imágenes que inspiran confianza, en un recinto que es conocido coloquialmente como “la hamburguesa”. Rara vez hace buen tiempo en el lugar, ajeno al sol propagandístico de la tierra canaria, Sin embargo, una pesada puerta metálica da acceso a las entrañas ‘del reino’. Dos horas antes del inicio de un partido, a media luz, uno percibe el silencio de una atmósfera solemne en su interior.
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Las gradas, muy verticales, parecen querer asomarse a la pista desde lo más alto. Uno de los fondos, con apenas asientos, da un aspecto casi mitológico al estético e interminable mural de madera que evidencia señorío en tal ‘fortificación’. El parquet, mimado hasta el extremo, del tono oscuro del baloncesto de otra época, retumba historia, solera. Es como un contrapoder apenas perceptible, como si se resistiese a desvincularse del baloncesto de otro tiempo. Tiempos en los que los bases eran basen y los pívots, pívots, hilo directo con la actualidad. Y de repente, se rompe el silencio. “Tap, tap, tap”. Al fondo, en la otra canasta, se oyen los primeros botes y los primeros jugadores. Es día de partido. Y entre ellos, el MVP de la Liga Endesa, Marcelinho Huertas, comienza a ejercitarse.
UNA ESTRUCTURA DE EQUIPO DONDE TODO ENCAJA
La Laguna Tenerife ha sido casi el perenne segundo clasificado a lo largo de toda esta temporada de Liga Endesa. A la espera de lo que suceda en la última jornada en la que se juegan tal plaza en Manresa, es un lugar de honor que la costumbre no debiera opacar ni un ápice el tremendo mérito de este C.B. Canarias.
De los “madrileños” que se reunieron para asentar su primer proyecto ACB a la fiesta en las gradas testigos de las andanzas de Phillips y Harper; del primer Winslow y el primer “Bingo” a las andanzas de Alejandro Martínez abanderando un sonoro “ya estamos de nuevo aquí” porque a este escenario correspondían.
A veteranos que parecían, a estas alturas, desheredados del éxito, encontrando su lugar en el mundo porque un tipo que recrea con una sonrisa su barbilla altiva de buen bilbaíno, sabía que, entre su mucho baloncesto en su cabeza, podían dar un último regalo al legado de este juego.
Bruno Fitipaldo es la imagen del siempre “un poco mejor”. De las 3 últimas temporadas, en la actual cosecha sus mejores números. Más minutos en pista (23), más anotación (9,9 puntos), mejores porcentajes en triples (42,2%) y más asistencias (4,4). Y no es que sea la estrella del equipo, pero sí un termómetro. Sostenedor en la dirección cuando descansa Marcelinho Huertas, como complemento con ambos en pista cuando así toca, como en el pasado domingo, ante dos rivales jóvenes y rápidos como Badio y Montero. En la actualidad es mejor tirador, más dominador en las suspensiones desde las esquinas y mejor ejecutor del pick&roll dando buenos pases. Es la eficacia que va de la mano junto a todos sus compañeros.
Y lo alucinante es que, centrándonos ahora en Huertas, el MVP de la temporada regular en Liga Endesa 24/25, a sus 42 años recién cumplidos, parezca que siga progresando en su juego, que sea uno más en esta evolución permanente hacia la mejora.
No todo en este equipo es el bloqueo y continuación de Marce&Gio. Huertas Junto a Shermadini sí son la columna vertebral, de lo que ellos generan, así se finaliza o así se ramifica, según entren los tiradores en la ecuación ofensiva. Siguen siendo los maestros de los espacios porque, no solamente sus aleros, sino que sus ala-pívots poseen el acierto desde larga distancia que dinamita cualquier entramado defensivo.
Entre Aaron Doornekamp y Tim Abromaitis promedian un escalofriante 44,5% en triples, sobresaliente compañía a unos aleros como mucho armamento exterior. Dicen las estadísticas avanzadas que son el club -también aquí- con el mejor porcentaje en suspensiones exigentes, o sea, tiros bien punteados.
Volvamos al pan y la sal de este sello lagunero. Huertas&Shermadini sigue siendo auténtico arte. Como hace 20 años nos deleitábamos con Stockton&Malone, es tal el conocimiento del baloncesto que, sabiendo lo que van a hacer, acaban ejecutándolo con absoluta eficiencia. Un tiene la magia de crear incertidumbre permanente de cuándo puede pasar o tirar.
El otro, en su recorrido, siempre muestra línea de pase, que Marce elija musitando un “ahora no, ahora no, ahora no… ¡allá va!” Y puede ser en la posición ganada más impredecible. Siempre dijimos en Endesa Basket Lover que el mejor pick&roll que habíamos visto en ACB lo ejecutaron en el F.C. Barcelona Marcelinho y Tomic. Pero es que hoy día…
VIVIR CON LA BAJA DE FRAN GUERRA ES REVIVIR CON EL ALTA DE JAIME FERNÁNDEZ
La mejor temporada en la carrera de Fran Guerra se fue al traste con su lesión. Y con él, una parte importante del sistema ofensivo aurinegro. Independientemente de su intimidación, la progresión de Guerra dio al equipo una manera de jugar diferente a cuando Shermadini está en pista.
O sea, mayor riqueza. Más habituado a recibir en el poste alto, su amenaza en forma de suspensión desde la bombilla como -aquí su gran mejora- la lectura para poder pasar el balón ahí, en el epicentro de las defensas rivales, era un recurso fantástico más que el equipo fue trabajando con los años hasta, en esta temporada, darle un rendimiento sobresaliente.
Y sin él, intentan sostener lo que han podido. Kostas Kostadinov ha sido un sustituto al que han debido forzar la aceleración en su progresión. Es diferente a Guerra, su juego es más de continuar hasta el aro, pero su movilidad y potencia basado en sus notables facultades físicas (mayor facilidad para atrapar balones bombeados muy, muy arriba) es algo que en el plantel insistieron y porfiaron hasta que funcionase.
Quien apuesta con trabajo, suele ganar. Al búlgaro de 22 años le queda mucha travesía, pero en la obligación está la motivación. Y si aún en defensa tiene que aprender a automatizar gestos que otros ya tienen más que memorizados, en ataque suelta destellos de efectividad. Su 57,7% en tiros de campo es producto de ir asimilando el buen puñado de responsabilidades en su nuevo escenario.
Tras la lesión de Fran Guerra, en la rueda de calentamiento en Miribilla en el mes de marzo, Jaime Fernández llevaba un puñado de partidos jugados tras la horrible lesión que sufrió en su rodilla. Tiempo para tantear, para recuperar sensaciones y, sobre todo, para perder el miedo a su naturalidad jugando, su auténtico tesoro.
Y miren que exige a su cuerpo en primeros pasos tras arrancadas explosivas, paradas abruptas para tiros en suspensión… es muy difícil quitarse de la cabeza el temor a que el cuerpo le vuelva a jugar una mala pasada.
Sus últimas actuaciones parecen mostrar que sí, que es algo similar al que era antes. Su último encuentro ante Valencia Basket, con 22 puntos y 4 de 6 en triples, abren las puertas del Playoff con una esperanza cegadora.
Desde la lesión de Guerra, sus porcentajes de 2 puntos están en un 60%, a falta de encontrar el foco en el triple (aún cuenta con un discreto 28,2% desde el partido en casa ante MoraBanc Andorra, primer día que no se contaba con Fran Guerra en la alineación).
Por encima de números, la figura de Jaime Fernández se torna en trascendental. Jaime es un verso libre, creador innato en mitad de la improvisación… siempre que sea por la derecha. Pero es otro caso como el combo Marce&Gio: es más que probable que sepan lo que va a hacer pero, aun así, lo hace. Tácticamente, es una verdadera bendición para Txus Vidorreta.
Usado en ocasiones cuando Marcelinho y Shermadini descansan (aunque esto no es una ecuación exacta, pues el juego de Vidorreta tiene cientos de variantes), suele suceder que el equipo juega de otra manera, con más espacios.
Y aquí entra el escolta madrileño, con su habilidad para entrar por una pintura más despoblada de efectivos, en su patio de recreo particular. El daño que produce en la zona con sus extensiones hasta el aro puede desangrar rivales, con una facilidad que derrite al aficionado más pintado. Es otra tonalidad con la que no cuentan mucho en el ataque estático. Una lanza más.
A ENCARAR EL PLAYOFF
Aniano Cabrera, el director deportivo, se lamenta cuando alguien como Payton Willis no cuajó. Decía Jerry West que un general manager destacado es aquel que solo se equivoca en la mitad de las ocasiones.
Aniano puede sentirse molesto cuando alguien no da el rendimiento esperado, pero es que son mínimas las ocasiones. Suponemos que, en la distancia y la discreción del personaje, debe sonreír cuando David Kramer ha tenido, al menos, 10 partidos en esta temporada de 4 o más triples o, cuando Thomas Scrubb ha entendido perfectamente el plus que puede llegar a dar en defensa, alguien que con sus brazos parece medir 7 pies, cuando no llega ni a los dos metros.
Casi finalizada la liga regular, con el histórico registro de haber sido durante multitud de jornadas el equipo con mejor porcentaje en tiros de 2 puntos, de triples (ahora superados por el Barça, con un 41% por delante del 38,8% que ellos tienen) y de tiros libres, pretenden dar el siguiente paso.
Resta la última jornada para encarar el Playoff. Manresa espera para ser segundos o terceros (está de su mano). La derrota ante Galatasaray dolió, pero poco queda de aquello. Han llegado a tener en Liga Endesa 10 victorias consecutivas entre enero y marzo. También es agua pasada.
Ahora toca la hora de la verdad. Las eliminatorias por el título donde se ponen sobre la mesa todos los poderes. Repasen este: un equipo que viaja casi 20 veces a la línea de tiros libres por partido, anota un 82,3% de sus intentos. En Playoff eso es una bendición.
La Laguna Tenerife es un bocado curado, reposado, de mil matices que hay que disfrutar. Eso piensa el aficionado neutral cuando les ve jugar. Es un deleite, una alegoría a las cosas bien hechas de este deporte.
Toca también contentar a las exigencias de sus protagonistas (el club y la afición). Ante la igualdad de la competición en este curso, los aurinegros pueden culminar algo muy, muy bonito. Su sapiencia hablará por ellos.
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