«Lo de la afición del GRANCA, una DECEPCIÓN»

«Yo firmaría ahora mismo una final canaria».

«¿Te imaginas que La Laguna Tenerife y Gran Canaria jugaran el domingo la gran final. Sería flipante para el baloncesto canario»

«Es más fácil que el Granca elimine al Valencia Basket a que el Canarias gane al Barça; pero si ganan los dos, llegaremos a la final y que Dios reparta suerte»

«Pues yo me imagino una final entre los dos equipos canarios y sonando el Pasodoble Islas Canarias»

AGUSTÍN ARIAS.-

Fueron las frases más repetitivas en la «FAN ZONE» de la Copa del Rey en Las Palmas de Gran Canaria. Conversaciones, claro está, en los encuentros entre seguidores de los dos conjuntos de las islas.

Incluso, sentí una enorme satisfacción al escuchar a unos y a otros coincidir en una frase: «Esta tarde iremos con el Canarias ante el Barcelona», a lo que respondían los aficionados aurinegros: «Y nosotros el viernes con el Granca».

Llegaron los encuentros del jueves y viernes y debo reconocer que una y otra aficiones animaron a La Laguna Tenerife y Gran Canaria.

Sin embargo, el gozo en un pozo. Llegó el sábado y el primero de los encuentros de semifinales enfrentó al plantel de Txus Vidorreta con el Unicaja de Ibón Navarro.

¡Qué decepción! Desde la ubicación de prensa, justamente debajo de la charanga y seguidores del Unicaja, la mayoría de seguidores del Gran Canaria. Desde el mismo salto inicial y hasta la conclusión del choque, los de amarillo canarión parecían fieles seguidores de los malagueños. 

Se habían unido a los cánticos y celebraban con júbilo cada una de las canastas verdiblancas.

En la Marcha de las Aficiones amarillos y aurinegros iban de la mano. En las gradas, NO

Fue tan descarado el «acercamiento» a la marea del «Martín Carpena» que los aficionados del CB Canarias se percataron de la voluntad amarilla de inclinarse por el equipo peninsular en lugar de respaldar al insular.

Me acordé de aquellas conversaciones en la Fan Zone y de las palabras de «amor eterno» entre canarios.

Finalizó el encuentro, con la lógica tristeza de los 1.300 tinerfeños, al mismo tiempo que la satisfacción de haber visto a su equipo pelear hasta el último momento, perdiendo por siete puntos, cuando en la final el Real Madrid perdió por catorce.

Ante este evidente comportamiento, dejando claro que cada uno aplaude al que desee aplaudir, la respuesta de la afición canarista en la segunda semifinal, Gran Canaria-Real Madrid, fue de… ¿indiferencia?  aplaudiendo las buenas jugadas y las bonitas canastas, sean blancas o amarillas.

Los comentarios al respecto coincidían en el lado canarista: «¿Cómo pensabas que iban a animar al Canarias cuando les tenemos comida la moral en los derbis? El ganarles 10 de los últimos 11 no se digiere con Almax».

Es verdad que ambas aficiones se respetan cuando de baloncesto se trata, no así en el fútbol, donde la presencia policial es imprescindible para evitar malos rollos. 

Debe ser que la rivalidad Tenerife-Las Palmas siempre estará presente, incluso en el deporte de la canasta.

¿Respetar? claro que sí. Siempre. Pero lo de las frases para quedar bien… como que no.

El taxista que nos trasladó el lunes al aeropuerto de Gando sí que fue directo: «¿Qué debemos hacer en la Liga para no cruzarnos con Tenerife en los play-off?» Mi respuesta fue rápida: «Primero deben clasificarse, que últimamente están muy irregulares».

Postdata: Qué triste fue ver cómo los seguidores del Granca abandonaban las gradas a falta de 3 minutos del final y ya ganada de 18 el Real Madrid.