«¡Que se te va a caer el «chíquele!», por Fernando Villamandos

SECCIÓN: DESDE LA PRIMERA FILA
TÍTULO: ¡ QUE SE TE VA A CAER EL CHIQUELE!

AUTOR: FERNANDO VILLAMANDOS

«Partidazo. Que partido presenciamos hoy. No se puede pedir más. Hubo de todo y sinceramente no sé por dónde empezar.

No sÉ si hacerlo por la entrega de los jugadores (todos), no falló ninguno, entregando lo mejor que llevan dentro, “vaciándose” en la cancha hasta faltarles el aire.

Y en eso no soy exagerado pues se aguantó a un Basconia que se está pegando una temporada realmente increíble, no sorprendiendo que acudera al Santiago Martín luciendo el «cartelito» de líder de la ACB.

Y encima, los nuestros no estuvieron acertados en los tiros de tres y tuvo que ser a base de jugar la bola y convertir para poco a poco mantener a raya a los visitantes.

Que sí estuvieron acertados en el tiro exterior, que se fiaron de ello y sobre todos Howard, que se fue a los treinta tres puntos, convirtiendo todo lo que intentaba.

Creo, sin ver las estadísticas, que falló solo dos tiros y uno libre de todo lo que lanzó.

Lo del título de la crónica fue un grito que le lanzó un espectador a Joan Peñarroya. Lo hizo en uno de tantos cabreos del entrenador visitante, que se pasó todo el partido en una continua protesta sin ser sancionado con una técnica. Y se mereció no una, sino varias y tan rico el hombre. Eso lo hace Txus y a la primera no le perdonan.

Y lo «bordo», porque pidió la revisión de dos faltas y en ninguna de las dos tuvo razón. Una intencionada y otra en una canasta fuera de tiempo.

Tenemos que decir que, en toda esta guerra, llegamos a los minutos finales y hay dos acciones que me costó un poco digerir (y no lo digo ahora en frio). Una es, que, faltando poco para acabar, teniendo solo tres faltas personales, los visitantes no agotaran el cupo para que la falta se sacara de banda y provocar algún fallo en los jugadores canaristas.

Y la otra, fue en los tiros libres de Abromaistis a solo un segundo y poquito más. Todo hacía indicar que la táctica marcada era convertir el primero y se tirara a fallar el segundo. Pero Tim lo tiró tan centrado que entró.

Menos mal que solo faltaba un segundo de juego y era muy difícil (no imposible) que dieran con la canasta aurinegra.

Si ustedes quieren emociones, vayan al Santiago Martin. El público, como en los mejores tiempos. En todo momento animando y dando “alas” al equipo.

DISFRUTEN DEL BALONCESTO