«Sin palabras», por Fernando Villamandos

SECCIÓN: DESDE LA PRIMERA FILA
TITULAR: SIN PALABRAS
AUTOR: FERNANDO VILLAMANDOS

«No las hay para explicar algo tan doloroso como fue la pérdida de un partido que prácticamente se tenía ganada y ves cómo te lo  quitan de la mano. Está claro que a los que más les duele es a todo el equipo empezando por los propios jugadores.

Pero es lamentable que se vaya ganando de diecisiete puntos y se pierda. Es un poco la repetición del partido jugado contra el Galatasaray, que también se ganaba por una diferencia considerable (+15) y se da lugar a que te rebasen a base de ponerle “intensidad” y “aquello” que hay que poner para levantar un partido que te lleva a lo más grande.

Este tipo de partidos en donde el contrario te gana en poderío físico, hay que jugarlo sin dar ningún tipo de concesiones. En el de hoy hubo un momento en que a Marce se la apagaron las “luces” y no acertó ni una. Perdió cuatro balones permitiendo canastas fáciles y falló cuatro o cinco tiros, privando de la reacción al equipo. Fueron unos minutos decisivos que aprovecharon muy bien los griegos del AEK para igualar la contienda.

A partir de ahí, aunque fue a falta de 51 segundos cuando AEK se puso por vez primera en ventaja,  se estuvo a remolque y hasta los minutos finales luchando para poder ganar un encuentro que se tuvo en el bolsillo. Se dio lugar a que los griegos se lo creyeran y se vinieran arriba y, apoyados por una afición que les dio alas, para hacerse “grandes”.

¿Y el banquillo? . Naufragó permitiéndolo y sin reaccionar. Dejó demasiado tiempo a Marce. Tenía que parar el juego de la forma que hiciera falta para frenar el empuje de los atenienses.

No basta con un tiempo muerto, había que estimular al equipo y no dedicar broncas a algunos jugadores y a otros dejar hacer sin decirles palabra.

La sensación que el equipo daba en esos momentos era de estar perdidos y no saber cómo salir del embrollo. No se volvió a jugar a lo que el equipo está acostumbrado hacer y así salió lo que salió.

Y mira que en los inicios y toda la primera parte se jugó con criterio y hasta Gio cogía rebotes en ataque ¡hasta once! cosa que no es tan frecuente.

Abromaitis se partía el cobre y daba la talla, junto con un Scrubb batallador, como siempre. Jaime estaba entonado y hacía sus diabluras…

Con esas cositas se tenían a los locales acogotados. La pena es Kramer, que en ninguno de los dos partidos ha llegado a dar lo que nos tiene acostumbrado. Sí es verdad que no se le ha dado la confianza de poder hacer. Es el clásico jugador que hay que dejarlo a que  “se caliente”, porque puede fallar, pero es capaz no solo de tirar sino de hacer penetraciones, cosas que no hace otro en el equipo.

Total, un panorama bastante negro y de esa manera pocas esperanzas había de llegar a una final y jugársela a cara y cruz.

Se ha hecho bastantes veces en la temporada y ha salido cara. Pero aquí ha salido cruz.

Queda un remate de temporada y espero que este tropiezo no sea causa de un bloqueo.

Hay que recuperar la confianza y ser el equipo de siempre.

Felicitar al Unicaja por ese título que vuelve a conquistar una vez más sabiendo sufrir para ser el equipo rocoso que es, siendo fiel a su forma de juego creyendo en lo que hace.

DISFRUTEN DEL BALONCESTO

No hay comentarios

Escribir un comentario