Una crónica desde la estupidez y el odio escrita en Manresa

Es una declaración de incitación al odio que se lee en La Barra del Nuevo Congost

Navegar en X te permite «conocer mundos», saber lo que piensan determinados seres humanos sobre el bien y el mal, incluso entretenerte con una crónica previa al partido La Laguna Tenerife-BAXI Manresa en la que un «fantasma» que se escoden en el pseudónimo LanceMcGee reflexiona, insulta y descalifica a los profesionales del CB Canarias, especialmente a Vidorreta y a Guerra para cerrar su «obra» con este mensaje: «Es el momento para que el conjunto manresano plante la bandera manresana en La Laguna. Y  que, ahora sí, estamos preparados para acabar con el monstruo final». Este individuo arremete contra Txus y se revuelve en una «guerra primitiva» en la que Fran Guerra, nuestro internacional ESPAÑOL, sale mal parado.

LANCEMCGEE.-

«Si el baloncesto fuera un videojuego, en las partidas del  BAXI Manresa siempre hay una pantalla donde el equipo se atasca . Ese momento en el que te dan ganas de abrir Wallapop y poner el juego a la venta. Sabemos a quien nos enfrentamos, sabemos cómo es el monstruo y cómo nos duele, pero no encontramos la manera de derrotarlo . No siempre fue así. En las últimas tres temporadas les hemos superado en dos ocasiones, pero son pequeñas victorias que no borran el mal cuerpo que nos han dejado las derrotas , especialmente la de Bilbao. Porque no es el qué, sino el cómo. Ningún otro equipo nos ha despertado una sensación de impotencia como ésta. Son nuestra kriptonita , el arma que minimiza el juego que tantas alegrías y orgullo nos da. Sí, hablemos del La Laguna Tenerife .

Espantar a los fantasmas

A pesar de los buenos resultados de las últimas temporadas, existe una parte de la parroquia manresana entregada al dramatismo. A lo tan catalán de quemarlo todo sin quemar nada. Una especie de necesidad de poner oscuridad a la luz . Este curso eran los partidos a domicilio . Con el equipo excelente en el Nou Congost, el pánico se concentraba en los duelos en tierras ajenas. El contraste entre el rendimiento en casa y fuera provocaba una dualidad difícil de digerir . Hasta que el equipo desvaneció todos los fantasmas con una exhibición de fortaleza mental en Chemnitz .

Porque la buena dinámica del equipo, con tres victorias consecutivas en el Nou Congost (algunas históricas por su contundencia), nos daba una confianza que  desapareció con el salto inicial . Los alemanes provocaron un déjà-vu con el partido en  Derthona , superando a los manresanos en intensidad y deseo . Esto se tradujo en un 22-9 al término del primer cuarto, con sensaciones similares al 30-16 de Italia. Ya volvemos a estar, pensábamos. El problema estaba en ataque, pero podía solucionarse desde la defensa.  Ocampo no desistió a la hora de mover piezas hasta encontrar la combinación ideal para darle la vuelta al partido. Y se hizo superando el nivel físico del rival,  ahogándole en defensa para después castigarle en ataque . El resto de partido ya sabemos cómo fue, confirmando el crecimiento mental y competitivo de un equipo que mejora día a día. Y esto es lo más importante, acompañar a la mejora continúa con victorias . Crecer y aprender. Y hacerlo ganando .

Podríamos hablar de muchos jugadores, porque el equipo sigue siendo coral, con todo el mundo aportando y entregado a la causa . Pero hay dos que quisiera destacar y que, de haber sido desde el principio, el rendimiento a domicilio habría sido mejor. Hablo de Obasohan  y Massa . El primero entró en acción en la recta final de la pretemporada y necesitó unas semanas de competición para tomar ritmo y alcanzar su nivel físico óptimo. El segundo, estuvo parado hasta hace unas semanas, y seguramente está al 30% de lo que puede acabar ofreciendo. Y, sin embargo, ya son diferenciales . Su presencia eleva el suelo del equipo y sitúa el techo en un punto muy elevado . Hay momentos, cuando coinciden en pista (y concentrados) Obasohan, Hunt , Musa y Massa, que la defensa se convierte en una pesadilla para el rival , un muro totalmente infranqueable y desquiciante que acaba con la resistencia física y mental del oponente . Y con ellos, los aficionados, estamos descubriendo el placer de la defensa .

Matar al padre

Matar al padre es una figura metafórica que utilizaba Sigmund Freud para explicar el momento en el que las personas maduran y se apartan de los padres. El partido en Tenerife debe ser el parricidio del BAXI Manresa, el momento de demostrar que, ahora sí, estamos por encima de los fantasmas del pasado . Que hemos madurado y podemos hacer frente a esta milicia de veteranos que tanto nos ha hecho sufrir .

Hay muchos tipos de rivalidades en el deporte, una de ellas la puramente deportiva, centrada tan sólo en lo que sucede en la pista de juego. La rivalidad con los tinerfeños  es reciente y no tiene un trasfondo histórico, social o ético como la que existe con badaloneses o seccionistas. Pero es igual o más cruenta .

El tiempo no pasa en la isla . Se suceden los años y allí continúan los de siempre , una máquina perfectamente engordada que funciona con la precisión de un reloj suizo. Hacen bueno lo que si algo funciona, no lo toques. Los pocos experimentos que han probado no han funcionado, por lo que apuestan por una continuidad eterna. Ya no está el asesino finlandés, Sasu Salin, pero se mantiene al ideólogo , el entrenador quien mejor combina la arrogancia y el victimismo . Una de esas personas que, cuando te lanza un elogio, es mejor que te mires la espalda, seguro que tienes una daga clavada. Y a sus órdenes, un ejército fiel y entregado a la causa .

En pista les dirige un hombre que contradice todas las leyes de la temporalidad , un mago que te puede hacer llegar a creer que, cuanto más viejo, mejor eres. Un brasileño que rompe con todos los estereotipos de su país, serio y calmado como pocos. Forma una de las parejas más antinaturales con un gigante surgido de un laboratorio escondido en las montañas georgianas, otro que te engaña con su aspecto descomido, un hombre que ha hecho un pacto con el diablo para mover con agilidad un cuerpo desgarbado . Son una pareja que recuerda a la de Prigioni y Splitter, que sabías lo que harían, el cómo y el cuándo, y, aun así, no podías evitar que lo hicieran. Son la esencia del equipo , el cable que debes cortar si no quieres que la bomba explote.

A su alrededor orbitan una serie de especialistas que juegan de memoria , cada uno desarrollando su rol con eficiencia y obediencia . No realizan experimentos. Tampoco amigos. Son ingenieros y dejan la creatividad por los artistas. Forman una orquesta que raramente desafina. Y entre todos ellos, centrándonos en el tema de la rivalidad, destaca la obra magna de la maldad . Un ser maligno por el que estaríamos dispuestos a ir a la guerra para derrotarle.

Hace unos años, en relación con el expresidente Bartomeu (amor eterno por su intento de destruir al Barça), en el programa La Sotana plantearon un dilema que se podía aplicar a muchos personajes para calibrar su perversidad : qué es, hijo de puta o subnormal ? Es decir, si actúa de esta forma por maldad o estupidez. Podríamos decir que Guerra es un escogido , que lleva ese dilema hasta el extremo. En su honor, sobresale en ambas categorías. Es de esos que iría a tierras valencianas a hacerse fotos ayudando, mientras alguien le dice que lo marrón que está recogiendo no se puede comer. Próximamente, abriremos una porra en Twitter para ver quién acierta cuántas agresiones realiza durante el partido contra el Manresa. No sufra por estas palabras, la animadversión es recíproca . Francisco Javier Guerra Trujillo odia a Manresa desde aquella mítica final de la LEB Oro con el Melilla. Nunca lo ha superado ni lo hará, porque para cerrar heridas necesitas ciertas habilidades cognitivas.

Así que ha llegado la hora de plantar la bandera manresana en La Laguna . De demostrar (-nos) que estamos aquí .

Y que, ahora sí, estamos preparados para acabar con el monstruo final .