«Vuelve la burra al trigo», por el «Señor YO»

ARTÍCULO DEL SEÑOR YO

“Vuelve la burra al trigo” Se usa para expresar hartazgo y fastidio a algo que se repite numerosas veces.

Uno está cansado de ver que una y otra vez los árbitros nos perjudican. A veces pienso si será que me puede mi “forofada” pero es que partido tras partido, con alguna que otra excepción, los señores del pito ¡Perdón silbato! nos siguen perjudicando.

Yo sé que a los directivos, entrenador y jugadores del Canarias no les agrada que se critique la actuación de los colegiados ya que piensan que puede poner a los árbitros en contra del club. Pero, vamos a ver, ¿es que no están viendo que el Canarias sale perjudicado casi siempre?

Además, yo ni soy directivo, ni entrenador y mucho menos jugador del equipo lagunero y ya está bien de no decir nada de las actuaciones arbitrales.

Ayer tarde/noche en la capital del Ebro se volvió a repetir una nefasta actuación de los árbitros. Parece que lo hacen adrede y que no les gusta que un equipo del montón se codee con los grandes.

Uno no discute sus pitadas cuando hay duda. “Que si es ataque o defensa” “Que si le tocó Pepito o Juanito” “Que si pisó o no pisó”… Repiten las jugadas, varias veces por la tele, y no sabemos lo que pasó, no eso no.

Pero las claras que se cometen si hay que criticarlas. Y de ayer sólo voy a poner dos ejemplos, que hubo muchos:

-A.- Se planta, con los pies bien fijos en el suelo, nuestro jugador Jaime Fernández, cuando a toda velocidad el grandullón jugador zaragozano tropieza contra el nuestro y lo derriba. Un comentarista dice “ Personal en ataque” “¡Ah! No! alega su compañero “Ha pitado falta al defensor” y añaden, para justificar la decisión arbitral, que el defensor no mueve los pies, pero saca un poco la cadera. Sólo les faltó añadir que nuestro Jaime sopló fuertemente contra la cara del atacante, añadiendo a su cadera la fuerza de la soplada ¡Vamos una coña, que sin ser marinera, puede considerarse como “Ebronera” ¡Mándese una papa, que ahora van baratas!

-B.- Y esta es la segunda, cuando al final, dentro de la prórroga, en ocasión de un rebote, el pívot del Casademont Zaragoza le pega, sí, le pega, con la rodilla con la pierna flexionada en todo el pecho de nuestro Doornekamp, lo manda al suelo, donde allí se queda con grandes muestras de dolor ¿Y los árbitros, qué? Pues los árbitros de paseo sabatino ¡Nada de nada y además nada!

¡Ya está bien! Esto es intolerable. Pocas, o casi ninguna, salvo excepciones, estas cosas aparecen en las crónicas de los más afamados periodistas.

¡Se acabó! Que como me dijo, el otro día en el partido contra el Unicaja uno que se sienta a mi lado en el pabellón “No se enfade con los árbitros que le va a dar algo” ¡Ya! A lo mejor , el buen señor, tiene razón.

Ádiosycuídesenme.

Fernando Calviche