«Y encima… «matar al mensajero» en defensa de lo indefendible»

Hace unos días contábamos en BASKETMANIATENERIFE.ES el comportamiento poco elegante y nada deportivo de sendos papás que, en un partido de categoría de formación, disputado en el Pabellón El Buen Consejo lagunero, se atrevieron a menospreciar la labor de los árbitros.

AGUSTÍN ARIAS.-

La información, de fuentes de absoluta credibilidad, estaba acompañada por la opinión de un ejemplar deportista y exjugador, que sabe lo que es trabajar, y muy bien, con la base.

Quedaba claro, como así se reflejó en la documentación del partido, que fue necesaria la intervención del miembro de la Federación Insular de Baloncesto de Tenerife, don Luis Afonso, quien acompañó a los dos colegiados en el momento de salir del recinto, una vez comprobado que no había ningún riesgo a que las dos personas que se atrevieron a «cruzar la línea» les estuvieran esperando.

El tema no pasó a nada y al día siguiente el mismo equipo de los papás que perdieron la compostura jugó y no aconteció absolutamente nada, al menos que nos haya llegado a esta redacción.

Dicho esto, nos llegan dos comentarios, firmados por «Carmen» y «Alberto», en los que se discrepa abiertamente de lo publicado en esta web, atreviéndose a calificar de «noticia falsa» y de «sensacionalismo». Además, se nos acusa de «estar inyectando el odio contra ciertos equipos».

Dicen así:

«Buenas tardes. Yo estuve en ese partido como público y vi con mis propios ojos el transcurso completo del mismo, por tanto puedo decir que esta «noticia» es falsa. Vi como unos padres se acercaron al árbitro al final del partido a preguntar acerca de una regla del juego que al parecer no tenían clara. Fue una conversación de unos segundos y tras ella se fueron por donde habían venido. Nadie fue agredido ni verbal, ni físicamente Por tanto esto es sensacionalismo y lo único que hace es dañar un deporte tan bonito como el baloncesto. El ambiente en las gradas es muy bueno y no se debería dejar que este tipo de escritos lo ensombrezca».

«Me va tener que perdonar, ¿pero usted qué partido vio? Esto que publica no tiene nada que ver con la realidad. Creo que usted de manera sibilina sí que está inyectando el odio contra ciertos equipos».

Se puede entender que estén «obligados» a salir en defensa de sus amigos de grada y del nombre del equipo que, por cierto, es todo un ejemplo de seriedad, educación y de defensa del deporte y sus derechos en la formación de jugadores/as y entrenadores/as. Y soy testigo de esa ejemplaridad en las últimas cinco décadas, cuando estos papás y mamás no habían nacido.

La palabra RES-PE-TO no significa defender causas perdidas. Ni mirar hacia otro lado queriendo tapar lo que se ha hecho mal a base «tratar» de desprestigiar al periodista que cuenta a los lectores lo que en realidad a sucedido en una cancha.

La temporada toca a su fin. Es de esperar que en la 25-26 los clubes sean algo más estrictos con los papás y mamás que pierden el control. Sí, no representan ni al 1% de la grada, pero hacen daño a quienes, siendo el «tercer equipo» en la cancha, tratan de hacerlo bien en cada partido que arbitran.

Y se equivocan, como lo hacen los peques y/o los entrenadores. Gente que están en el arbitraje porque les apasiona este deporte y no por los 15 euros que puedan cobrar.

No olviden que cada semana se sacan adelante más de 100 partidos gracias a ellos, los árbitros y oficiales de mesa. Y si este «mal rollo» persiste en el tiempo, igual se plantean no pitar más y dejar que sean los delegados de equipos, o los padres/madres quienes lo hagan. 

No creo que sean tan difícil armar una trifulca cuando estás viendo jugar a tu hija/o.