Ganaba por +5 (30-25) al descanso y encajó un 21-54 en el segundo tiempo

¡Qué acabe ya este sufrimiento, por favor! Si los partidos en los que interviene el Tenerife Clarinos fuesen de 20 minutos, las de morada ocuparían un lugar entre los ocho primeros conjuntos de la Liga Femenina Endesa. Sin embargo, los alarmantes bajones que sufre en las segundas partes, como en vivido en la tarde de hoy en el Santiago Martín, convierten en una «pesadilla» el juego de un plantel que evidencia no tener el necesario nivel, ni técnico, ni táctico ni físico para compartir plaza entre los 16 grandes del baloncesto español.

AGUSTÍN ARIAS.-

Hoy, ante el Leintek Gernika, las chicas que entrena Álvarez ofrecieron un buen primer tiempo. Estaban metidas en el partido y defendían de manera acertado para impedir que el rival jugara con comodidad en ataque. De ahí el 30  a 25 con el que acabaron los primeros 20 minutos.

Sin embargo, en la continuación se vio un Tenerife Clarinos muy distinto. Su defensa ofrecía lagunas, lo que el rival supo aprovechar para igualar en el primer minuto y comenzar a despegarse a partir del 25.

El parcial de 13-40 asustó a los aficionados congregados en el Santiago Martín, que llevaba al electrónico un 43 a 65. La sangría continuó en el último cuarto para alcanzar el minuto 40 con ese 51-79, merced al alarmante 21-54.

El 37 a 78 en valoración refleja lo acontecido sobre el parquet del Santiago Martín.

Lamentablemente y vista las circunstancias hay que decir que lo mejor de lo vivido hoy es que ya queda una jornada menos para que finalice esta pesadilla de temporada que está brindando un equipo que hace aguas, con un «capitán» sin recursos, y menos económicos, que pueda dar con la tecla que invite al optimismo en las once jornadas por disputar.

La «salvación» sigue estando en cuatro victorias, pero viendo el nivel anímico del equipo todo hace indicar que el Clarinos vivirá su segundo descenso consecutivo. Y todo ello por una triste planificación, con una confección inadecuada de la plantilla y la falta de dinero.

La deuda del club aumenta paulatinamente y se teme que, además del descenso, el primer equipo termine por desaparecer de las competiciones nacionales.

Triste, muy triste el panorama.