El anfitrión «MACHACÓ» sin contemplación a un decepcionante Monastir

Lenovo Tenerife y Sao Paulo disputarán el domingo (19:00 horas) la final de la Copa Intercontinental Tenerife’23. Lo hacen tras ganar los brasileños al Vipers estadounidense por 91 a 70, mientras que los aurinegros firmaron una paliza de escándalo al US Monastir de Túnez (112-42), un +70 que refleja lo acontecido sobre el parquet de un Santiago Martín que no se llenó, con algo menos de 4.000 espectadores en sus gradas.

AGUSTÍN ARIAS.-

El jugador referencia del campeón de África, Radhouane Slimane, había indicado en la previa que «nosotros lo sabemos todo del Lenovo Tenerife, pero ellos no saben nada de nosotros, lo que es una ventaja», dijo. Sucedió que al Monastir de esta noche no lo conoció ni su entrenador ni el medio centenar de seguidores que estaban en el recinto, y mucho menos la afición local.

Y es que dio lástima el juego desarrollado por este equipo, que evidenció no merecerse estar en una cita mundial tan importante como es la Copa Intercontinental.

Porque no dio la talla en ningún momento de los 40 minutos, sin atacar, sin rebotear, sin defender… vamos, una «caricatura» de equipo que ha desprestigiado esta cita.

El Lenovo Tenerife marcó las diferencias desde el salto inicial, mostrándose muy fuerte en defensa, al punto de dejar en solo 6 tantos al rival en el primer cuarto. Al mismo tiempo, en ataque ofreció su mejor versión, moviendo con acierto el balón para encontrar al mejor situado para mirar a canasta, o metiendo balones a un Gio Shermadini que muy pronto se puso con 10 puntos y 5 rebotes.

El primer acto se cerró con +19 (25-6), en el segundo el parcial fue de 27 a 10, para el 52-16 del descanso, lo que sentenciaba la semifinal.

Un +20 (31-11) completó el tercer periodo, para rematar el encuentro y la superioridad con el 29-15 que colocaba en el electrónico el aplastante 112-42.

Hoy destacó un inspirado Tim Abromaitis, saliendo desde el banquillo, estando fuerte atrás y muy fino cara a canasta, firmando un 4/8 desde el 6,75, para un total de 20 puntos, siendo el máximo anotador del choque.

También estuvo acertado Sasu Salin desde la raya más alejada del aro, sobretodo en la segunda mitad, logrando un 5/7, es decir, un 71,4% de efectividad, acabando con 15 tantos.

Le siguieron, con una docena, Bruno Fitipaldo y el MVP del choque, Fran Guerra, quien además clavó un triple.

Todos los aurinegros anotaron, siendo Txus Vidorreta generoso en el reparto de minutos. Aprovechó la tremenda superioridad para dejar a Shermadino en apenas 11:36 minutos, repartiendo en la «pintura» por un igual para Guerra y Diagne. También Huertas tuvo descanso al jugar 18 minutos.

Otro jugador que demostró tener el suficiente nivel para formar parte de este equipazo fue Sergio Rodríguez, quien además hizo un 2/2 desde el 6,75.

Otro dato muy significativo estuvo en el rebote, con los tunecinos capturando apenas 14 en los 20 minutos, por los 46 de Lenovo Tenerife, once de ellos para Diagne y 8 para Guerra.

En asistencias, 7 para el «rey» Marcelinho y 6 para Fitipaldo.

Otro aspecto a señalar fue el extraordinario comportamiento de las dos peñas canaristas, que se volcaron desde mucho antes de arrancar el encuentro y protagonizando sus clásicos cantos al son de los bombos. Por cierto, si el club los ubicara en este mismo sitio la próxima temporada sería todo un acierto.

112 – Lenovo Tenerife (25+27+31+29). Huertas (5), Salin (15), Cook (7), Doornekamp (8), Shermadini (10) –inicial-, Fernández (7), Fitipaldo (12), Diagne (8), Rodríguez (6), Abromaitis (20), Guerra (12) y Sastre (2).

42 – US Monastir (6+10+11+15). Randle (14), Roll (11), Chennoufi (-), Ghyaza (-), Slimane (6) –inicial-, Addami (4), Chouaya (-), Lahiani (4), Mahemly (-), Marnaoui (3), Abbassi (-) y Bouallegue (-),

Árbitros: Mazzoni (ITA), Beker (AUS) y Fernandez (ARG). Señalaron técnica al jugador tunecino Slimane (min.37).

Incidencias: Segunda semifinal de la Copa Intercontinental FIBA disputada en el pabellón de Deportes Santiago Martín de Tenerife, ante unas 3.800 personas. Se guardó un minuto de silencio en señal de respeto por las víctimas de los devastadores terremotos de Turquía y Siria.