El tinerfeño Jacobo Díaz ejerce de multiusos en el Covirán Granada

«Si hay que ayudar al equipo jugando de ‘5’, se hace»

El polivalente ala-pívot relata parte de un desarrollo vital que le ha llevado a ser uno de los jugadores más versátiles del panorama nacional

FOTO DE RAMÓN L. PÉREZ
IDEAL.ES 
«Ayer le llevé una navaja multiusos a @JacoDiazAlejano y la aceptó de buen grado para la foto que le sacó @ramonlperez_soy para @ideal_granada. Se ve que se siente identificado»

–Dígame la verdad, ¿se imaginó jugando de ‘5’ esta temporada cuando fichó en Granada?

–Bueno… (risas). Ya lo hice en Marín, y el año pasado en algún momento. Son cosas que pasan por las dinámicas inesperadas de los partidos. Hay que estar preparado y si se puede ayudar al equipo jugando ahí, se hace.

–Entonces me compra el argumento de la navaja suiza.

–Sí. Lo cierto es que era un poco eso lo que Pablo Pin me pidió al fichar. Jugar en diferentes posiciones, rebotear, ayudar a subir el balón, atacar de dentro a afuera y viceversa. Intento hacer lo que el equipo necesita.

–¿Siempre fue así o vino con su desarrollo?

–En categoría infantil era bajito y jugaba de base. En cadete crecí, pasé mi dolor de rodillas correspondiente y me puse casi en los dos metros, así que la posición fue evolucionando hasta ahora en ese puesto de ‘4’ ayudando tanto por fuera como por dentro.

–¿Madrileño o tinerfeño?

–Es algo raro. Nací en Madrid y con tres meses a mi madre la destinaron a Tenerife. Me crié en la isla y luego, cuando tenía 15 años, mi padre organizó un partido con una cena de Navidad con sus antiguos compañeros de equipo de baloncesto, en el Colegio Valdeluz de Madrid. Resultó que uno de los hijos de sus compañeros era entrenador de cantera en el Estudiantes. Me vio jugar, le gusté y me invitó a entrenar con su equipo. Ese verano ya estuve en el Campus que organiza el club en Sierra Nevada y acabé fichando por el Estudiantes cadete.

–¿Por qué se marchó a estudiar a Estados Unidos?

–No me fui nada más acabar el Bachillerato. Tras la selectividad jugué un año en LEB Plata en la Canarias Basketball Academy y allí empecé a estudiar ADE. Era complicado compatibilizar las dos cosas, porque no debía faltar a entrenar y tampoco podía llevar bien las clases. La mejor opción para estudiar y jugar era irme a Estados Unidos, y cuando surgió la opción de irme con una beca, no lo pensé. Es muy complicado vivir del baloncesto y yo siempre quise estudiar. Fue la mejor opción.

–Y tras cuatro años en Pensilvania, ficha en el modesto Marín de LEB Oro. Cambio radical.

–Mi papel en la universidad fue muy importante, jugando mucho y ganando muchos partidos. Así que irme a un club tan humilde fue un cambio muy grande, sí. Pero fui con la ilusión de estrenarme en el profesionalismo en una liga como la LEB Oro. Quería ver hasta dónde podía llegar, y si no centrarme en la carrera. Fue una apuesta personal y fui al 100%. Ha salido bien, por ahora.

–Su camino a la elite no es una línea recta, desde luego.

–Cuando te vas a Estados Unidos quizá no estás tan presente y se me pudo perder la pista durante cuatro años. Pero he jugado europeos y mundiales con las selecciones españolas, aunque como profesional lleve solo tres años. Quizá soy un jugador de explosión tardía, pero que no ha dejado de trabajar y ha seguido una trayectoria también válida.

–¿Escucha todo ese ruido a su alrededor, sobre su vitola de futuro jugador ACB?

–Bueno, paso un poco. Hay muchas cosas que no dependen de ti. Lo único es el trabajo. Fui a Marín apostando por mí, por el jugador que quiero ser. Y lo sigo haciendo. Es cierto que esta temporada podía haber estado en ACB, pero estoy muy contento en Granada. Al final las expectativas son complicadas, es mejor vivir el día a día y seguir mejorando como jugador, que es lo que decidirá si algún día llegará eso o no.

–Es cierto que llamó la atención que Tenerife le ‘cortara’ tras su gran año cedido en Palma.

–Es eso lo que pasa cuando las cosas no dependen de ti. El club decidió no mantener el contrato. Confeccionaron una plantilla en la que yo no entraba. Obviamente me hubiera gustado estar ahí, pero estoy feliz donde estoy.

–Pero ya sí parece claro que hará carrera en el baloncesto.

–Sí, cuando llegué a Marín no sabía qué iba a pasar. Si iba a jugar o a encajar. Es una competición muy distinta a la NCAA. Ahora estoy muy motivado, a nivel individual y colectivo. Podemos competir contra cualquiera. Paso a paso, pero estoy contento.

–Hablando del Covirán, ¿fue el partido de Coruña una llamada de atención?

–Quizá. Estos dos últimos partidos hemos estado muy centrados en defensa. Empezamos muy bien, no encajando más de 40 puntos al descanso como en los tres primeras jornadas. Creo que hemos dado un paso defensivamente. Todo el equipo lo ha hecho con las bajas de Christian Díaz y ‘Petit’ Niang. Y hemos reboteado y corrido mejor. Eso nos ha dado muchos puntos.

–¿La derrota del Estudiantes sirve para mantener la tensión?

–Claro. Esta es una liga muy competida. Cualquiera le gana a cualquiera, lo he dicho siempre. Alicante le forzó ya una prórroga al ‘Estu’, o Palma a Coruña. Y el Estudiantes perdió contra el último. Está todo dicho.

–¿Llega el equipo justo de efectivos a un duelo como Palencia?

–Hemos dado la cara estos dos partidos y lo seguiremos haciendo. Faltan tres jugadores y uno va a estar mucho tiempo fuera. ‘Petit’ es importante, pero no hay que forzar, estamos los que estamos y Palencia se tendrá que adaptar a nuestro juego, con Iriarte o yo mismo abriendo el campo, si me toca ir de pívot grande.

–Pues dígame una última cosa, ¿ha entrenado de ‘5’ esta semana, por si Niang no llega a tiempo finalmente?

–(Risas) No exactamente, pero ya se ha mencionado un par de veces en el entrenamiento, por si acaso…

No hay comentarios

Escribir un comentario