El canario Christian Díaz, a 40 minutos de vivir el ascenso a la ACB

PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

No pudieron culminar en Lugo el sueño del ascenso después de haber colocado el primer punto de la serie en su casillero, pero en el Covirán Granada parecen más que dispuestos a intentarlo en una tarde de domingo que será determinante.

Victoria ante Real Murcia Baloncesto por 73-67. Foto: Fermin Rodriguez / Fundación CB Granada

Y para ello, nada mejor que detectar cuando antes las causas de una derrota que Christian Díaz analizaba en las horas previas al tercer asalto: “Fue un encuentro en el que hicimos un buen trabajo, pero en el que nos castigó mucho el rebote. Si te cogen 19 rebotes ofensivos y pierdes solo por tres puntos, está claro cuál ha sido un factor determinante. A eso hay que unirle que estuvimos lentos en defensa y no controlamos bien las pérdidas, pero hubo conclusiones positivas como los momentos de reacción del equipo y que creo que son con las que nos tenemos que quedar”.

Porque el viaje de regreso a casa supuso el momento idóneo a la hora de poder hacer borrón y cuenta nueva de cara al tercer asalto: “Fue uno de esos viajes largos, con 12 horas por delante y en los que te cuesta incluso dormir porque no dejas de darle vueltas a la cabeza. En el vestuario habíamos hablado ya acerca de los motivos que nos habían llevado a la derrota y que debíamos estar fríos de cabeza y no lamentarnos para pensar en el siguiente partido desde ese mismo momento. Al final, creo que hay que valorar que hemos hecho una muy buena temporada en la que nos hemos ganado el derecho de jugar el tercer partido en casa y esa debe ser nuestra motivación”.

Un asalto al que llegarán sabiendo realmente bien qué deben hacer sobre la pista para poder imponerse al rocoso Río Breogán: “Las claves están claras y la fundamental es controlar el rebote. El otro día nos hicieron mucho daño bajo nuestro aro así que vamos a intentar controlarlo a la par que atacamos más el suyo. A partir de ahí, frenar las pérdidas de balón para que ellos no puedan correr y trabajar nuestras transiciones para hacerles así daño. Si lo logramos, impediremos que se cierren en defensa y no tendremos que depender tanto del tiro exterior”.

Y para ello será fundamental el poder contar con el apoyo de una afición que se volcará con su equipo y a la que la plantilla está sintiendo realmente cerca: “Poco más podemos decirles ya… Después del partido de Lugo nos dieron muchísimas muestras de cariño y por eso les estamos muy agradecidos. Están realmente ilusionados con este tercer partido y tener la oportunidad de vivirlo en casa y de poder celebrar juntos un ascenso en caso de victoria es ya una motivación más que suficiente para todos. En la calle se ve mucho ambiente de baloncesto y, aunque solo puedan acompañarnos 1.500, estoy seguro de que van aparecer muchos más”.

Porque en Granada, tal y como describe el propio Christian, la ilusión por el ascenso será la gasolina que ponga en marcha su motor: “Tenemos mucha ilusión por parte de la plantilla, el cuerpo técnico y el club por poder ganar el partido. Estamos cansados físicamente después de una temporada larga, pero ya solo queda un paso para finiquitar el año de la mejor manera posible. No estamos nerviosos porque la presión es de ellos por ser los favoritos y nosotros lo afrontamos con una gran responsabilidad y con mucha tranquilidad. Sabemos qué hay que hacer para ganar el partido y vamos a intentar hacerlo por todos los medios”.