Jou Costa: “Ya no vale la excusa para irse de que no hay un proyecto de nivel”
Carlos García, periodista de EL DÍA, entrevista en la edición del periódico a Jou Costa, director de Cantera del CB Canarias.
Tercero en el campeonato de España con el cadete, y octavo tanto con el infantil como con el júnior. ¿Satisfecho?
Evidentemente. A nivel clasificatorio es un éxito rotundo, y sobre todo tras el año que llevábamos de pandemia y con tantas restricciones que no nos han dejado ni entrenar ni competir en la línea que queríamos frente a otras comunidades que tomaron otro tipo de decisiones. Llegar a competir a nivel nacional como lo hemos hecho, tras estar en cierta desventaja, pues le da mucho más valor a estos resultados.
No es un año perdido, pero de la programación que hicimos en los tres años anteriores, hubo muchos puntos en los que no pudimos avanzar. Cada semana tuvimos que adaptar nuestra planificación, cuando yo no confío mucho en el corto plazo, y eso ha provocado un cierto lapsus en la progresión de, sobre todo, estas tres generaciones de las que hemos hablado. El trabajo individual se ha realizado, pero a nivel motivacional sí hay muchas carencias porque si el chico quiere mejorar es para competir el sábado, y es muy complicado convencerlo, a lo largo de todo un año, que esa mejora servirá solo para el futuro. Ese largo plazo no lo ven los jugadores, por lo que nos costó mucho engancharlos para que el entreno diario fuera fructífero; pero lo intentamos y el resultado final, dentro de las circunstancias vividas, ha sido bastante positivo.
¿Se han podido perder jugadores por el camino?
Sí, sí, hubo varios que quisieron dejar el baloncesto. Incluso los que menos te puedes imaginar, aquellos que más progresión tienen y que están yendo a selección nacional. Eso habla a las claras de la dificultad de este año, porque tras varias temporadas haciendo un esfuerzo con trabajo específico en muchas parcelas, llegas al que debería ser tu año bueno y te plantean que no vas a poder competir… Gracias a nuestro gabinete psicológico hemos contado con una ayuda clave para darle la vuelta a esa idea y que los chicos sigan. También hemos notado mucho miedo de las familias en las categorías menores; ahí la incidencia ha sido muy grande.
El que al menos exista un referente tan bueno como el equipo de ACB, ¿ha ayudado a atenuar esta situación y que el sacrificio por parte del jugador se mantenga?
Si le planteamos al jugador un objetivo que él vea alcanzable, te ayudará a que ese trabajo diario y sacrificio se realicen. Y ahora, con un equipo referente a nivel nacional y la idea a largo plazo de que alguno de ellos llegue, el objetivo que le estás planteando lo ven posible, por lo que la ilusión de llegar arriba la mantienen.
¿De estas tres generaciones, cuál es de la que se puede esperar más? ¿Del cadete?
De esa generación cuatro jugadores fueron a selección nacional, algo que no ha pasado nunca en la historia del baloncesto de Tenerife, y lo que habla bien a las claras de que tenemos buenos perfiles. La clasificación como equipo es una cosa y el aspecto individual otro, pero cuando se juntan tantos talentos individuales quiere decir que tenemos la materia para hacer el trabajo. Y sobre todo la estructura que hemos montado es para que las familias tengan claro que no hace falta irse fuera. Si alguno quiere desarrollar sus cualidades al máximo aquí en la Isla existe un proyecto totalmente consolidado; cuando eso antes no ocurría. Es una especie de obligación que teníamos como club, que nadie se marchara por no tener un proyecto en casa. Si alguno toma la decisión de salir por supuesto que lo vamos a respetar, pero que la excusa no sea que no hay un proyecto de nivel en Tenerife, y los resultados lo están demostrando.
Pero donde sí parece que existe un mayor escalón y riesgo de fuga es cuando el jugador entra en la etapa universitaria…
Nuestro periodo de formación acaba en júnior. A partir de ahí ya entramos en un mundo semiprofesional, que a su vez genera un vacío enorme para concluir la formación del jugador. Son muy, muy contados los casos que saliendo de júnior estén preparados para jugar en la ACB. Para cubrir ese periplo están la liga EBA y las LEB, que se acaban convirtiendo en una travesía en el desierto de varios años. Afortunadamente, si alguien decide salir para su periplo universitario, si luego decide volver, el club tendría los derechos sobre él, por lo que nuestra formación mantiene algo de sentido.
¿Y cuándo podemos pensar en otro tinerfeño jugando en la ACB?
Con los casos de Sergio Rodríguez y Álex López ya hemos visto dos ejemplos, sobre todo con Sergio, que jugó todas las categorías de base en Tenerife para luego hacer esa travesía del desierto y ya por fin entrar en la ACB. Le ha tocado morder polvo en ligas complicadas para jugadores jóvenes. Ellos llegaron y estamos convencidos de que ahora tenemos una camada de jugadores que harán ese mismo camino. Estoy seguro de que alguno, entre un grupo de siete u ocho nombres, acabará este recorrido y llegará un día al primer equipo.
¿Y ese espacio formativo, dónde se puede cubrir mejor en forma de filial, en la EBA o en la LEB Plata?
Siempre digo que el equipo hay que inscribirlo donde los jugadores te obliguen. El Real Madrid, por ejemplo, está demostrando que la EBA se les queda pequeña pese a jugar con muchos júniors; pero nosotros no tenemos ahora mismo 10 o 12 jugadores para competir en EBA, sino que hace falta traer alguno de fuera. Cuando demostremos que esa categoría se nos queda pequeña, pues daremos el siguiente paso. Hay que ir poco a poco, porque las cosas de cantera no se consiguen en un día.
¿Se sienten ya el club representativo de la Isla en la base?
Cuando llegué al club en esta nueva etapa como director de cantera, lo primero que pregunté fue cuál era el objetivo, y lo que se planteó de inicio es que la idea no era robar jugadores a los demás clubes para tener nosotros a los 12 mejores. Sí es cierto que cuando llegas a una edad en la que el trabajo individual toma un protagonismo muchísimo mayor, sí es conveniente que los buenos estén juntos y con las mejores condiciones posibles. Y ese es el planteamiento que le hacemos a los clubes de la Isla, compitiendo cada uno al mejor nivel posible, nosotros colaborar en las necesidades de esos clubes que apoyen nuestro proyecto, y ya en cadete estar juntos. Eso es lo que planteamos y la gran mayoría de los clubes han entendido que es el camino a seguir, por lo que nos sentimos totalmente respaldados por todos. Y lo hacemos siendo leales, ya que lo prometido lo hemos cumplido, y eso se valora. Hace 10 años le planteabas a un club que te prestara a un jugador para ir a un torneo, y seguramente ese jugador ya no volvía a su club de origen. Ahora esa confianza trasmitida a los clubes cuando se celebran torneo internacionales o la Minicopa, nos ha venido de regreso.
¿Qué les falta para terminar de dar un salto de calidad definitivo en ese aspecto?
No creo que falte nada. Hemos sido transparentes y que la gente crea en nosotros. Porque cuando llegas a cadete y quedas tercero de España no gana el CB Canarias, sino el baloncesto de la Isla, porque tenemos 12 jugadores, pero nueve de ellos vienen de distintos clubes que apoyan este convenio. Lo justo es hablar de un triunfo de todos.
Pero es lícito que ciertos clubes quieran seguir ganando…
Por supuesto. Nosotros no obligamos a nadie. Por ejemplo, un club tan importante como el Santa Cruz, de los de más tradición en la Isla y que más jugadores maneja, no se encuentra dentro de esta idea de seleccionar desde la edad cadete. Y es tan lícito como lo demás y por supuesto que lo respetamos al cien por cien, incluso teniendo colaboraciones puntuales con ellos. Que nadie piense que son nuestros enemigos.
Uno de los mayores estigmas que persigue al baloncesto base español es la presencia en varios equipos punteros de jugadores de origen africano cuya edad se pone seriamente en duda dado su desarrollado físico.
«En esta historia siempre sucede que cuando esos jugadores africanos los tiene otro equipo son colados, pero cuando los tienes tu, no. Es un tema al que no se le ha podido meter mano. Por un lado ves muchos perfiles que parecen mucho mayores, pero a la vez te fijas en Garuba, que podría ser el padre de todos esos jugadores de base a los que criticamos, y resulta que nació en Madrid y tiene la edad que se dice. Pero evidentemente no me voy a meter en esa guerra», explica Jou Costa cuando se le cuestiona por este asunto. «Lo que sí puedo garantizar, deportivamente», añade el director de cantera canarista, «es que todos los perfiles son de la edad que les corresponde».
El importante papel de los africanos
Al margen de valorar que a esos chicos de origen africano «se les ha dado un futuro, igual no solo deportivo y académico, sino quizá también profesional», Costa valora especialmente que “sin ellos muchos de los jugadores de aquí no habrían alcanzado el nivel que poseen en la actualidad». «Han ayudado al resto a jugar en posiciones exteriores, algo que antes no sucedía porque si medías 1,95 tenías que ser el pívot. Ahora se ha solucionado esa situación y permitido que los jugadores grandes de Tenerife se desenvuelvan en puestos más alejados del aro y tengan muchísimas posibilidades de ser jugadores de verdad. Y un ejemplo claro de ello son los gemelos [Guillermo y Jorge Díaz Graham], que se hubieran visto obligados a sacrificarse y ser más interiores», comenta, a modo de ejemplo, el técnico canarista.
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