«Un mal día en el triple (9/36) y un mal último cuarto (30-12) condicionaron a los aurinegros»
No pudo ser. El Lenovo Tenerife vio truncada este sábado su racha de siete victorias consecutivas entre ACB y BCL, al caer en su visita al Joventut de Badalona (78-69), en un partido trabado.
COMUNICACIÓN CBC.-
Un mal día en el triple (9/36) y un mal último cuarto (30-12) condicionaron a los aurinegros, que hasta ese momento habían solventado con eficacia un choque que creció espeso (48-59, min. 31).
Los últimos diez minutos de Andre Feliz, autor de 17 puntos, y las pérdidas en el tramo decisivo condenaron las opciones de un equipo, el canarista, que además perdió por un fuerte golpe en el cuello a Bruno Fitipaldo en la recta final.
El base uruguayo tuvo que retirarse en camilla, mareado y con un collarín, pero siempre consciente, para luego ser trasladado por precaución al Hospital de Asepeyo en Sant Cugat, para llevar a cabo las pruebas pertinentes.
El conjunto insular se mantuvo firme en defensa y tuvo la ocasión de romper el choque en varias ocasiones, pero los anfitriones se agarraron al partido y aprovecharon su oportunidad para llevarse la victoria, al desenvolverse mejor en un epílogo donde el quehacer atrás de los aurinegros no fue el mismo que en la media hora anterior.
Arrancó el duelo con Elgin Cook marcando diferencias en ataque (once puntos en el primer cuarto) y los tinerfeños cerrando bien el rebote defensivo, lo que unido a una buena circulación de balón, se tradujo pronto en varias rentas a favor de los laguneros (7-12, 9-19). Sin embargo, el Joventut reaccionó con un parcial de 11-1 y el partido comenzó a crecer más parejo.
El Canarias perdió fluidez en ataque, erró varios triples liberados (1/8 en el segundo cuarto) e, incluso, se dejó más puntos de la cuenta desde el tiro libre (8/13 al descanso). Pese a todo, el buen trabajo atrás mantenía a los de Txus Vidorreta por delante (32-34, min. 20), hasta el punto incluso de coquetear de nuevo con romper el choque a la vuelta de la pausa.
Los buenos minutos de Fran Guerra y el acierto de Bruno, primero, y Marce, después, en la dirección, permitían al Lenovo estirar su ventaja hasta los once puntos al inicio del último cuarto: 48-59, tras una canasta de Joan Sastre después de rebote ofensivo. Fue ahí cuando la Penya, que había sobrevivido pese a sus bajas por lesión al mejor hacer visitante, se agarró como un clave ardiendo a su oportunidad para aprovecharla al máximo.
Andre Feliz comenzó a ver el aro como una piscina y el grifo de las pérdidas aurinegras, hasta ese momento bien controlado, comenzó a convertirse en una losa difícil de llevar. Los catalanes llevaron el duelo a su terreno, no perdonaron y se llevaron la victoria de manera merecida. Toca levantarse y recuperar la versión exhibida hasta la fecha, la misma que sigue manteniendo a los insulares en zona de privilegio, con un balance de 9/2.
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