Txus Vidorreta: «Este Bilbao Basket es más homogéneo, vuelve a tener claras sus características»
EL TÉCNICO DE INDAUTXU, AL MANDO DE UN LENOVO TENERIFE QUE ESTÁ PROTAGONIZANDO UNA TEMPORADA «EXTRAORDINARIA», PREVÉ MAÑANA UN DUELO «MUY DURO» ANTE EL BILBAO BASKET
«Estamos consiguiendo cotas que eran inimaginables, especialmente cuando hace dos cursos tuvimos que dar un gran cambio de timón»
«Tengo la sensación de que si Marcelinho y yo hubiésemos seguido juntos, habríamos inaugurado el casillero de títulos del Bilbao Basket»
JON LARRAURI BILBAO (Periódico Deia)
Tercero en la Liga Endesa tras ser semifinalista de la Copa y clasificado para la Final Eight de la Champions League. No va nada mal la temporada del Lenovo Tenerife.
—La temporada está siendo extraordinaria. El equipo tiene un gran instinto competitivo. Logramos meternos en esa semifinal de la Copa y se lo pusimos muy difícil al Real Madrid, estamos terceros en la liga por delante de Baskonia, Valencia Basket, Gran Canaria y Unicaja y además con ventaja… Estoy muy satisfecho con el esfuerzo de los jugadores y en el horizonte tenemos esa Final Eight que nos motiva por la ilusión de poder jugar nuestra tercera final de este torneo.
Desde fuera, ese club parece uno de los más pujantes del panorama baloncestístico. Por trayectoria, recursos económicos y humanos…
—Es un club familiar. Al mando siguen prácticamente las mismas personas que cuando yo llegué por primera vez (noviembre de 2015). Siguen el presidente, el vicepresidente, sus dos personas de confianza, Aniano Cabrera al frente de la dirección deportiva y la gerencia… Hemos crecido en algunos estamentos, pero es un club pequeño, muy bien dimensionado. Económicamente movemos poco dinero para estar terceros, pero suficiente para crecer año a año en la parte media de la tabla. Tenemos las ideas muy claras en la parcela deportiva y económica y eso nos hace acertar más de lo que nos equivocamos en la configuración de las plantillas.
En un ecosistema con cada vez más importancia de licencias por encima de méritos deportivos en Europa y dos ‘trasatlánticos’ como Real Madrid y Barcelona en la ACB, para un proyecto en crecimiento como el del Tenerife no debe ser fácil encontrar su sitio, definir hasta dónde pueden llegar sus aspiraciones.
—Soy hincha del Athletic y llevamos 123 años compitiendo al máximo nivel con nuestra filosofía. Mi filosofía y la del Canarias es disfrutar de los buenos momentos. En el Athletic ya decidimos hace muchos años quiénes queríamos ser y en el Canarias lo estamos decidiendo ahora. Queremos ser un club sostenible, estable, que económicamente no pase problemas porque ya los tuvo en los años 80 y 90. Deportivamente, tratar de confiar los unos en los otros para conseguir los equipos más sólidos posibles y cuando tengamos la oportunidad de acariciar un título, como ya hemos tenido, o de estar en semifinales de Copa, disfrutarlas al máximo.
Da la sensación de que usted y el club encajan como anillo al dedo.
—Sin duda. Por eso cuando tuve la oportunidad de firmar un contrato largo y el club después me ofreció prorrogarlo antes de que venciera no tuve ninguna duda. Félix Hernández, Santiago Cacho, Aniano Cabrera y yo, con la ayuda de Dani Cañibano, formamos un equipo que nos entendemos. Tenemos las mismas inquietudes y la misma ambición. Estamos consiguiendo cotas que seguramente eran inimaginables, especialmente cuando hace dos temporadas tuvimos que pegar un cambio de timón muy importante. Cada año damos pasos hacia adelante. Hay que seguir así para acercarnos cada día más a la obtención, por qué no, de nuestra primera final de Copa, nuestra primera semifinal de play-off… Son objetivos que queremos tener en la mano antes o después.
El Lenovo Tenerife es el equipo de la Liga Endesa que más anota (88,3 puntos) y el que mejor porcentaje de tres puntos presenta (42,6%). ¿Era el estilo que perseguía?
—Sí. Hace años que tengo claro que el valor de las canastas fáciles en la pintura es lo único que compensa el no lanzar un buen tiro de tres. Es una cuestión matemática. Intento que mis equipos tengan confianza y buenos tiradores y construir un grupo que tenga dos buenos cincos y dos buenos bases. El año pasado teníamos un gran base y un gran cinco y nos hemos reforzado con Bruno Fitipaldo, que está rindiendo excelente y es un gran complemento para Marcelinho Huertas, y Fran Guerra ha dado varios pasos al frente y se ha convertido en un recambio de lujo para Giorgi Shermadini. Si a esos cuatro jugadores les unes una buena batería de tiradores, jugadores de mi confianza y con un buen tono defensivo como Sasu Salin, Aaron Doornekamp, Sergio Rodríguez o Emir Sulejmanovic, formas un buen grupo que destila una gran química. Eso hace que estemos jugando fácil y ganando muchos más partidos de los que imaginábamos.
En Europa no han perdido ningún partido en casa y en la Liga Endesa solo ante Baskonia y Real Madrid.
—Escuché el dato el domingo y es una barbaridad. Vamos 19-2. Y de esas dos derrotas, contra el Baskonia Marce tuvo el triple para ganar.
Su sociedad con Marcelinho sigue siendo tan exitosa como la que formaron en Bilbao en 2007.
—Los dos nos quedamos con la espinita de no poder seguir juntos. Tengo la sensación de que hubiéramos inaugurado el casillero de títulos del Bilbao Basket, pero no fue posible. No vamos a remover el pasado, pero creo que también tuvo mucha incidencia en que yo no continuara poco tiempo después en el club. Mantuvimos siempre una muy buena relación, es un tipo extraordinario. Cuando hubo una mínima oportunidad, no dudé en lanzarme a por su fichaje, él lógicamente se hizo de rogar pero le convencimos. Los resultados están ahí. A punto de cumplir 38 años está jugando uno de sus mejores baloncestos. Tiene una gran pasión, cuida su cuerpo hasta el extremo y mantiene la ambición. Hemos acabado consiguiendo un título juntos aquí, la Copa Intercontinental ante toda una Virtus de Bolonia con Teodosic y Djordjevic.
En verano fichó a Emir Sulejmanovic y Sergio Rodríguez, dos jugadores que habían jugado el curso pasado en el Bilbao Basket. ¿Qué buscaba en ellos y qué le han dado?
—Estoy muy contento con los dos. Fueron dos situaciones diferentes. En el caso de Emir, pagamos una cláusula de salida porque tenía contrato en vigor. Había terminado la temporada al alza y nos ha dado lo que buscábamos: energía, rebote, ha mejorado mucho en el triple y eso le ha dado confianza… En el caso de Sergio, era un jugador que había quedado libre, no tenía ofertas, jugó años atrás en el Canarias y era de nuestra cantera… Decidimos cubrirnos ante posibles eventualidades y ficharle, pero en teoría era un jugador que iba a estar sin licencia en Liga Endesa. Así empezó el primer mes, prácticamente sin jugar, pero continuó perseverando y se ha hecho con un puesto con enorme mérito. Es integrante de la rotación principal, el alero de la segunda unidad, y nos aporta tiro de tres, rebote, defensa, equilibrio y permite con su trabajo oscuro que brillen los compañeros. Siempre está preparado para ayudar al equipo.
¿Cómo ha visto desde la distancia la temporada del Bilbao Basket?
—Ha sido una temporada muy irregular, yo creo que marcada por algunos problemas físicos que han sido muy importantes, unidos a la salidas que ya se produjeron el año pasado. Los problemas de Rousselle, de Balvin cuando mejor estaba, han marcado mucho el desarrollo de la temporada. Y luego que el año pasado se acertó con todos los jugadores pero eso no siempre pasa y ha habido que hacer cambios. Yo no puedo decir lo que ha podido suceder por dentro, pero sí tengo la sensación de que cuando tú vas justo económicamente y tienes problemas de lesiones y algunos jugadores no se adaptan, lógicamente ya empiezas con el pie cambiado y eso en una liga tan exigente como esta es durísimo.
No es fácil asentar un club recién ascendido en esas circunstancias…
—Es una liga muy exigente y cada año más. A nivel de plantillas no se nota la crisis que ha provocado la pandemia. Tenemos auténticos equipazos en esta liga, equipos de Euroliga con 16 jugadores, nosotros con 14 o 15 por lesiones, para hacer frente al calendario y a posibles eventualidades en forma de positivos por covid, conjuntos que juegan una sola competición que también realizan descartes… Es una liga de un nivel altísimo.
¿Cree que al Bilbao Basket le puede haber afectado especialmente la ausencia de público?
—Yo creo que ha afectado a todos. Está claro que el público de Bilbao es muy especial, qué voy a decir yo que tuve la suerte de que me empujara durante diez temporadas. Es un hecho que se ha notado, pero es algo que ha afectado a todos los equipos, desde luego a los que estamos acostumbrados a que nuestras aficiones nos lleven a ese esfuerzo extra. Recuerdo que el primer partido sin público en el Santiago Martín fue la Supercopa y aquello fue dramático, deprimente. Luego me he adaptado, pero aquel fue uno de los días más tristes de mi carrera, sabiendo además todo lo que había luchado el club por llevar esa Supercopa a Tenerife. Es algo que notamos mucho y seguro que el Bilbao Basket lo ha notado muchísimo.
¿Ha echado un ojo a la batalla por la permanencia? ¿Ve al Bilbao Basket con opciones de salvarse?
—Lo he mirado, pero cualquier cosa que diga podrá ser utilizada en mi contra al tener que jugar ahora un partido de forma inminente. Lo que tengo muy claro es que quiero que el Bilbao Basket gane los seis partidos siguientes.
¿Qué partido espera mañana? El Tenerife está fortísimo y el Bilbao Basket se juega la vida pero no ha ganado a ninguno de los once primeros de la clasificación…
—Espero al Bilbao Basket que fue capaz de ganar en Murcia y que compitió a altísimo nivel durante 35 minutos en Málaga. Es un equipo mucho más homogéneo, lleva ya varias semanas con la misma plantilla aunque ahora ha tenido que hacer una nueva incorporación por la baja de Rousselle. Es un equipo que vuelve a tener claras sus características, con una defensa agresiva, muy buenos anotadores, muchos jugadores en cada posición… Va a ser un duelo muy duro porque en la parte final de la temporada todos lo son. Los últimos partidos suelen ser igualados y seguro que se producen muchos resultados sorprendentes.
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