Cuatro años de la CONQUISTA DE EUROPA
Hoy, día 30 de abril, la familia canarista celebra el cuarto aniversario de su primer título europeo, la conquista de la primera ediciòn de la Basketball Champions League, celebrada en el Santiago Martín y con 5.100 personas en las gradas.
En este vídeo de la fiesta nos lleva a 2017 el CB Canarias:
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Pau Rodríguez Tubau
ACB.COM
El Iberostar Tenerife ha superado su gran desafío. En los días previos al inicio de la Final Four de la Basketball Champions League, en la isla tinerfeña se respiraba ilusión. También se veía la ambición por las calles. El reto era mayúsculo: no solo disputar este evento especial, sino también organizarlo. Y en ambas facetas, el club aurinegro ha sacado un excelente.
Esta temporada ya estaba siendo de por sí especial para el Iberostar Tenerife. El equipo regresaba a Europa tras 30 años de ausencia. Además, se convertía desde el inicio en la gran sorpresa del curso en la Liga Endesa, demostrando ser uno de los conjuntos más fuertes de la competición. Líderes una vez disputados dos tercios de la liga, los aurinegros también jugaban otra fase final de la Copa del Rey. Y el equipo dirigido por Txus Vidorreta regresará al Playoff de la Liga Endesa 29 años después.
Lo que ya era de por sí un curso espectacular se cerró este fin de semana con un broche de oro. Aunque el libro aún está abierto y todavía queda temporada por jugar. Todavía hay tiempo para seguir haciendo historia, para agrandar la leyenda de este equipo que ahora mismo no parece tener techo.
El primer gran desafío: la Final Four
El reto era mayúsculo. Para una plantilla con apenas experiencia a nivel continental, ser los anfitriones de un evento como la Final Four podía traer una presión extra que perjudicara al conjunto. Además, la historia no acompañaba: 10 de los 12 clubes españoles que habían disputado una primera final europea la habían perdido.
Pero este Iberostar Tenerife está hecho de otra pasta. No se asusta ante ningún desafío y, ni mucho menos, baja el rendimiento ante las grandes citas. «El equipo se ha levantado cada día, nunca ha tirado nada. Esa es la clave del éxito de este grupo, que nunca ha dado nada por perdido durante toda la temporada. Nunca ha habido momentos de dificultad porque se han sobrepuesto. Son muy competitivos y tienen mucho carácter», asegura el gestor y director deportivo del club, Aniano Cabrera.
Él es el arquitecto de este equipo que está dando tantas alegrías no solo a la isla de Tenerife sino también al baloncesto español y europeo. Y él mismo reconoce que el club ni se imaginaba que viviría todo esto. «Queríamos hacer una plantilla para competir cada fin de semana pero no nos imaginábamos esto», asegura el dirigente canario.
Precisamente se hablaba de que la presión, tensión y nervios le podría pasar factura al Iberostar Tenerife cuando el balón saltara al aire. Y así fue durante los primeros minutos de la semifinal contra el Umana Reyer Venezia. Sobre la pista del Santiago Martín había un equipo desconocido, un conjunto al que los aficionados aurinegros no estaban acostumbrados.
Pero los hombres de Vidorreta no tardaron en recuperar su ADN. «Nuestro movimiento de balón, nuestra defensa y nuestro trabajo en los rebotes. Esto es lo que hemos hecho durante todo el año, es lo que nos ha llevado a ganar y es como continuaremos jugando», resume Aaron Doornekamp sobre esa filosofía implantada en el equipo aurinegro.
Para revertir la situación en la semifinal del viernes, el Iberostar Tenerife se apoyó en su público. El aliento que los aficionados le dieron al conjunto canario fue suficiente para que estos sacaran sus alas a pasear y acabaran ganando con comodidad su partido contra el Umana Reyer Venezia. No se había empezado bien la Final Four pero sí se había acabado con muy buena nota la jornada del viernes.
Y el papel de la afición, el sexto hombre en este evento y el que ha dictaminado sentencia a favor de los locales, volvió a ser fundamental en la final contra el Banvit. Los turcos ya están acostumbrados a jugar con este tipo de presión. Pero la ayuda del público iba dirigida hacia su equipo, un Iberostar Tenerife que contra sus rivales se creció y multiplicó gracias a las gargantas que no dejaron de apoyar en el Santiago Martín. «Ha sido un placer no solo ganar sino también ver el ambiente en el pabellón. Es algo que recordaremos durante muchos años», asegura Cabrera.
«En la pista sentimos que jugamos con seis jugadores gracias al apoyo de la afición. Conseguimos algún rebote y ganamos algún balón dividido gracias a su trabajo. Siempre trabajas duro, pero su energía nos dio un plus. Especialmente cuando juegas dos partidos en tres días. Nuestra afición merece el reconocimiento», reconoce, por su parte, Doornekamp.
El conjunto aurinegro dominó y llevó el ritmo de la final durante prácticamente todo el encuentro. Pero el Banvit, al igual que ya hizo en su semifinal contra el AS Monaco, se sintió a cómodo nadando a contracorriente. Los turcos no dejaban que el Iberostar Tenerife se escapara en el marcador e incluso apretaron las cosas cuando se acercaba el bocinazo final.
Aún así, los aurinegros nunca perdieron el control del partido y supieron gestionar a la perfección los momentos decisivos. Y su MVP, Marius Grigonis, no dudaba en destacar que la clave del triunfo final era que «tenemos 12 jugadores». El mejor jugador de la Final Four se acordaba de cada uno de los componentes del equipo.
Un claro ejemplo de esta profundidad de plantilla fue Petit Niang. El joven interior aurinegro no había disputado ningún minuto en la semifinal del viernes, pero cuando tuvo que aparecer en la final, lo hizo y además con un rendimiento excelente. De hecho, el pívot revolucionó el encuentro con su energía, defensa y contundencia en el aro rival. «Yo siempre digo que estoy preparado. Siempre que el míster me llama, tengo que estar preparado. Es lo que intento demostrar cada vez que entro en la pista», explica Niang.
El juego colectivo del equipo, el papel del sexto hombre llamado afición, la ilusión y la garra… muchos fueron los motivos para que el Iberostar Tenerife triunfara en esta Final Four. Y como recompensa, el club aurinegro se hace un nombre ahora a nivel internacional. El proyecto aurinegro traspasa fronteras.
«Que se haya celebrado en Tenerife y que hayamos sido campeones en la primera edición de la Basketball Champions League nos pone en el mapa a nivel internacional», asegura Cabrera. Y el dirigente añade que «cuando estás en el final del partido no solo valoras la trayectoria de todo el año sino ver ahora mismo en qué situación nos ponemos como club. Todo el mundo aspirará a crecer».
El segundo gran desafío: el Playoff
Sonó el bocinazo final en el Santiago Martín y la alegría estalló. Tantos días de esfuerzo, de nervios, de preparaciones… y al final el sentimiento era de emoción y a la vez de satisfacción. Los jugadores estaban eufóricos, la comunión con la afición era total, el club estaba escribiendo una de las páginas más gloriosas de su historia. Y, aún así, los aurinegros no descansaban.
Con la bandera de Grecia en su espalda y con la medalla de campeón colgando del cuello, Georgios Bogris estaba en éxtasis pero también avisaba de que aún queda mucho. «No ha acabado nada. El jueves tenemos un partido muy difícil contra el Baskonia. Los últimos cuatro partidos de la liga regular serán muy complicados. Después de un gran éxito como este, tenemos que mantenernos concentrados para seguir compitiendo a este nivel. Tenemos la experiencia suficiente para seguir», explica el interior heleno.
Y no solo Bogris pensaba en seguir creciendo, sino que la mayoría de jugadores destacaban la vital importancia de los últimos cuatro partidos de la liga regular. En plena celebración, el Iberostar Tenerife volvía a mostrar, una vez más, su ambición y sus ganas de seguir creciendo, de continuar escribiendo la historia.
«Aún tenemos mucho trabajo por hacer», asegura Davin White. «Ahora mismo es momento de celebrar esta victoria y de no pensar en nada más, pero también es cierto que llega un momento importante de la Liga Endesa», añade Ferran Bassas. «Tenemos otro objetivo para cumplir», replica Doornekamp. «Queda la Liga Endesa», advierte Cabrera.«Ganamos mucha confianza con esta victoria y nos puede reforzar para el final de la temporada. Ganar la Final Four es una sensación enorme pero ahora tenemos que pensar en la Liga Endesa», explica Will Hanley, y Bassas añade que «quedan cuatro partidos muy importantes, sobre todo los de casa. Si ganamos dos ya tendremos el factor pista a favor en el Playoff, que es el objetivo».
Aún en el día más especial de su historia, entre celebración y celebración, el Iberostar Tenerife no dejó de trabajar .O, ni que sea, no dejó de pensar en continuar trabajando. Los aurinegros demostraron su ambición, sus ganas de conseguir más cosas. Una actitud que les ha llevado hasta donde están ahora, coronándose como campeones de una competición continental y ocupando la zona alta de la Liga Endesa. ¿Quién se lo imaginaría en 2011, cuando el club aún estaba en la LEB Oro?
«Nadie creía en nosotros en el primer día. Hemos trabajado duro, hemos jugado como un equipo y ahora estamos aquí, como campeones», recuerda Bogris. Y ese mismo trabajo y fe ciega en ellos mismos, las claves que les han hecho llegar hasta donde lo han hecho, son lo que hará que este equipo siga haciendo historia. Próximo desafío: el Playoff.
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