El excanarista SALVA ARCOS «cuelga sus botas»

«Después de 19 temporadas como jugador profesional de baloncesto, llega el momento de cerrar la puerta que me lo ha dado TODO. GRACIAS por acompañarme en este increíble camino»

Con esta frase y una carta pública el jugador de baloncesto SALVADOR ARCOS FRÍAS anuncia su decisión de «colgar las botas» de juego.

José Salvador Arco Frías (nacido en NavàsBarcelona, el 25 de octubre de 1984) se despide por la puerta grande al llevar al equipo que ha capitaneado, el Río Breogán a la Liga Endesa 21/22.

Este escolta/alero de 196 centímetros formó parte del Iberostar Tenerife en la temporada 15/16, con el que promedia 5.6 puntos y un 41% de acierto en tiros de tres.

En la temporada 2016/17 firma con el CB Breogán, de LEB Oro. En dicha campaña registra 11.2 puntos de media, y en la 2017/18 mejora hasta los 11.5 puntos y un 46% en tiros de tres puntos, logrando su tercer ascenso a Liga ACB. En 2018/19 disputa 23 encuentros de Liga ACB en los que acreditó 5.4 puntos. En 2019/20, de nuevo en LEB Oro, registra 9.8 puntos y 41% en triples, y en 2020/21, siempre en las filas del Breogán, logra su cuarto ascenso a ACB contribuyendo al mismo con 7.6 puntos por encuentro.

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Clubes

Arcos entrevistado en DA por José Antonio Felipe en enero de 2016

A Salva Arco el pasado verano le ocurrió lo que a millones de españoles: esperó a que sonora el teléfono y que al otro lado una voz le ofreciera trabajo. Pero esa llamada no llego, al menos no con la oferta que quería. El escolta, también como muchísimos españoles, decidió no quedarse esperando, sino buscar su futuro y, también, como tantos y tantos jóvenes de nuestro país, decidió poner rumbo a Alemania, tierra de oportunidades para tantos.

Los comienzos, como siempre, no fueron fáciles. “Me ofrecieron un contrato de un mes y medio y, sino rindes, te echan y fichan a otro en tu lugar”, recuerda el jugador mientras reconoce que no es sencillo ver que “muchos jugadores encuentran equipo” mientras, en su caso, sigue esperando una llamada.

Su caso es peculiar, porque una vez ascendiera el Ourense a la Liga Endesa el club quería que el jugador siguiera en sus filas, lo mismo que el propio escolta, ya que ambos viven “una relación de amor mutuo”, pero después de no consumar el ascenso, Arco optó por hacer la pretemporada con el Fenerbahce Ulker de Estambul, a la espera de algún buen ofrecimiento.

“Se pasa mal, sobre todo durante el verano, porque ves que todos los jugadores van fichando en sitios.A finales de agosto-septiembre ves que empiezan las pretemporadas y tú estás en casa entrenando y entonces tienes que irte. A muchos de nosotros nos toca irnos fuera porque tal y como está el baloncesto en España hay que emigrar”.

Así, de un día para otro, se encontró con que, al fichar por el Ratiopharm Ulm era el único español -Álvaro Muñoz, otro deportista nacido en el país tiene pasaporte alemán- en jugar en la Bundesliga en la actual temporada, algo que chocó a ambas partes: “El jugador español no está acostumbrado a salir fuera de su país ni la gente de fuera está acostumbrada a fichar jugadores españoles. Cuando salimos es cuando se dan cuenta verdaderamente del potencial que tenemos. En Alemania la gente se extrañaba muchísimo de que un equipo alemán fichara a un jugador español, pero luego, con el paso de las semanas, lo que decían era que no entendían por qué no hay más jugadores españoles por el resto de Europa porque hay muy buen nivel, pero lo cierto es que a los clubes les cuesta confiar en jugadores que, durante muchos años, no han salido nunca fuera”.

Así que, como en otros ámbitos de la sociedad, el jugador español se encontró con que, de la noche a la mañana, abandonada su país, en donde “se pagaba muy bien y se jugaba muy buen baloncesto”, porque se dejó de pagar tan bien. Y como suele suceder con los emigrantes, a pesar de que siempre pintan el destino como una especie de El Dorado, la realidad, en muchas ocasiones, es bien distinta: “Es verdad que en Ulm me querían renovar dos meses más después de haber estado uno y medio, pero con esas condiciones, al final, no acabas de jugar a gusto porque estás pendiente también de si te renuevan o no, o qué puede suceder contigo”.

Además, en Alemania, los cupos para estadounidenses son muy amplios, pudiendo alinear hasta a seis jugadores de esa nacionalidad, algo que “hacen casi todos los equipos, menos los grandes, que fichan más europeos”, por lo que, como afirma de manera clara el jugador canarista, “si no les rindes te echan y fichan a otro en tu puesto”.

Y entonces apareció el Iberostar Tenerife, que le ofreció acabar la temporada y Arco no dudó en aceptar su propuesta a pesar de que, para poder tener minutos, haya tenido que adaptarse a un rol más defensivo: “No lo tuve en Manresa ni en Ourense, por lo que me he tenido que ir adaptando. Al principio me costó, pero acostumbrado a defender a Nico en los entrenamientos es más fácil, porque cuando salgo a pista, normalmente, los rivales son todos más lentos que él. Es un rol que no me disgusta”.

Además, después “una temporada algo convulsa al tener que estar en tres equipos distintos”, el escolta se ha convertido en un jugador experto en adaptarse a todo aquello que se le pida: “Creo que llevo un par de partidos buenos, en los que he participado y me he sentido bien, siempre tratando de ayudar al entrenador y mis compañeros”.

“A Ourense la considero mi segunda casa”

En Ourense adoran a Salva Arco. Tanto que en el último encuentro de los aurinegros jugado en Santiago un grupo de aficionados fueron a saludar y animar al escolta. “Tengo una relación de amor mutuo con aquella afición”, apunta Arco, cuya pareja también es de aquella ciudad gallega, lo que hace una suma de ingredientes que hace inevitable preguntar si, consumado el ascenso a la Liga Endesa de los ourensanos, finalmente regrese para vestir de nuevo aquella camiseta: “Ahora solo pienso en rendir al máximo para ayudar al equipo a conseguir sus metas. También es cierto que si Ourense consigue el ascenso sería un sitio donde me gustaría jugar. No cierro las puertas a ningún lado, pero a Ourense la considero mi segunda casa”.

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