El «44» cumplió 500 partidos en la ACB

La semana pasada Carlos Cortes cumplió 500 partidos arbitrando en Liga Endesa. Una cifra redonda que ilustra la pasión de este coruñés de 47 años que comenzó en el mundo arbitral de forma casual

ACB.COM

Dicen que las casualidades no existen en la vida, pero en algunos casos los designios del destino obran con extraña sutileza. Quizá por ello Carlos Cortes (A Coruña, 1974) ha convertido una afición en una pasión y recientemente ha celebrado su partido 500 arbitrando en Liga Endesa. Como la mayoría de los niños, su unión con el deporte viene de lejos, casi con las primeras nociones de vida, aunque antes de elegir su actual camino probó suerte con el fútbol, el voleibol o hockey sobre patines. Lo suyo con el arbitraje comenzó como una afición, un entretenimiento por ayudar “un Día del Mini allá por el año 92”, nos recuerda.

“Allí nos fuimos todo el equipo en el que jugaba y nos enganchamos unos cuantos cuatro o cinco que seguimos arbitrando unos cuantos años”. Aquello que comenzó como una anécdota fue creciendo hasta convertirla en una pasión que le llevó a debutar en la Liga Endesa.

Fue un 20 de octubre de 2005 cuando Carlos Cortes inició su andadura en la máxima competición dirigiendo el duelo entre DKV Joventut y Ricoh Manresa. 17 temporadas después, nos reconoce que hoy esa pasión de joven se conserva, aunque el tiempo introduce matices. “Por supuesto que la pasión sigue, la idea sigue siendo la misma que cuando empecé: intentar hacerlo lo mejor posible. Sin embargo, la preparación se multiplica cada temporada porque la exigencia es máxima. Todo el que me rodea sabe que el baloncesto es mi pasión y mis «ratos libres» los dedico a colaborar con un club como entrenador en un equipo de base”.

El tiempo es inevitable que nos module y veamos con nostalgia a aquél que un día fuimos. En el caso del colegiado, este nos confiesa que de poder hablar con aquel joven que debutó en la temporada 2005-2066, le pediría “¡Quizás disfrutar más!. Además, a aquel joven árbitro le diría que “fuera consciente del partido 10, del 43, del 221, disfrutar de cada partido. Hasta hace bien poco me «comía mucho la cabeza», le daba muchas vueltas a todo. Intentaba hacer lo posible por analizar mis partidos y buscar soluciones para el siguiente. Pero creo que es genético, somos muy injustos con nosotros mismos, no tratamos al mismo nivel los éxitos y los fracasos. Con el paso del tiempo aprendes a valorar todas estas cosas y disfrutar más de los buenos momentos que te da el arbitraje.”

Para el árbitro, que en 2010 alcanzó el grado de internacional, los años han hecho que el baloncesto y el mundo del arbitraje haya cambiado desde que él hiciera su debut. En su opinión el baloncesto ha evolucionado “pasando de un juego en transición, rápido y físico, a un juego más táctico y con diferentes opciones en ataque con múltiples bloqueos. Actualmente el tiro exterior es el método más utilizado para intentar ganar partidos. Todos se alejan del aro y los jugadores que puedan desempeñar diferentes funciones en la pista son los más valorados, ya no hay posiciones específicas… podemos encontrarnos con pívots que generan muchas ventajas para el resto de compañeros y jugando a seis metros de la canasta”.

Un baloncesto moderno que también implica cambios en el mundo arbitral tal y como nos indica Carlos Cortes. “Los medios tecnológicos y la televisión nos han modificado la hoja de ruta. Ahora en cada partido tienes mínimo cuatro repeticiones de cada jugada y con diferentes ángulos, estamos obligados a acertar o, por lo menos, nuestra exigencia siempre es esa; otra cosa es que comprendamos que eso es imposible”. Para el colegiado “la excelencia en arbitraje es una utopía, pero debemos trabajar con esa idea. Buscar la perfección teniendo presente que el 100% de acierto no existe, pero sí que podemos obtener un arbitraje adecuado al tipo de partido, eso sí, con errores ya que al fin y al cabo somos humanos y todos deberíamos aceptar que nos vamos a equivocar”.

Media vida dedicada al arbitraje da para mucho: momentos buenos y algunos no tanto, aunque Carlos Cortes se muestra feliz de seguir dirigiendo partidos y nos asegura que “no soy consciente del paso del tiempo. Es evidente que 17 años y 500 partidos en la Liga ACB son números que causan respeto y vértigo por lo rápido que pasa esto. Pero creo que el secreto es seguir pensando de la misma forma que lo hacía al inicio, tener siempre presente de dónde vengo… cómo fue el primer partido, pero no de acb si no de los primeros años que arbitré, de las competiciones zonales y provinciales que me formaron, de todos los equipos, jugadores y entrenadores de aquella época… a partir de ahí, tener la fortuna de poder entrar en esta competición y tener que estar en formación constante debido a la exigencia de la Liga. Mi motivación sigue siendo la misma que al inicio: trabajar para dar mi mejor rendimiento”.

Ahora, mira al futuro con optimismo y marcándose el reto de seguir creciendo y siendo mejor en su profesión. En el corto plazo, Carlos Cortes quiere “seguir centrado en esta temporada y poder dar el máximo nivel que la competición exige. Cada año tenemos el pensamiento que esta liga es las más complicada de los últimos años, pero resulta que viene la siguiente y se supera, es todavía peor, la igualdad es máxima entre todos los equipos. Estamos en la mejor liga europea y no es un objetivo fácil poder estar al nivel de la competición”.

A largo plazo, el árbitro desea “seguir disfrutando de estos momentos y seguir aprendiendo de los compañeros. Somos unos privilegiados ya que podemos disponer de la mejor escuela. Esta liga es muy exigente y nos obliga a estar al máximo nivel”. Y como deseo por cumplir, Carlos Cortes, nos confiesa uno: “Siempre tuve en mente los Juegos Olímpicos, soy un apasionado del deporte y no me pierdo prácticamente ninguna prueba en las citas olímpicas, sea del deporte que sea. Siempre ha sido mi sueño y lo seguirá siendo aunque no se pueda hacer realidad. En cualquier caso, disfrutar del ambiente de unos Juegos Olímpicos sería lo máximo”.

Por último, Carlos Cortes, rehúye de dar grandes lecciones a las futuras generaciones del arbitraje “no soy nadie para dar consejos”, nos confiesa, aunque la experiencia sí le anima a hacerles ver que “este camino es muy largo, que el tiempo pasa muy rápido pero todo tiene su momento. Creo que buscamos el éxito inmediato y basado en el triunfo, en grandes logros. Es importante que sepan disfrutar de lo que hacen a día de hoy, del día a día, y que mediante el esfuerzo, constancia, honestidad y humildad estoy seguro que tendrán diferentes oportunidades para progresar”. Además, el colegiado gallego invita a los más jóvenes a “que disfruten realmente del papel que les toca, no todo el mundo puede ser el número uno. El deporte forja actitudes y comportamientos en las personas a través de los valores que transmite, el objetivo final es ser buenas personas”. Seguro que, siguiendo el ejemplo de Carlos, están más cerca de conseguirlo.

No hay comentarios

Escribir un comentario