«De poder a poder», por Fernando Villamandos

SECCIÓN: DESDE LA PRIMERA FILA

TÍTULO: DE PODER A PODER

AUTOR: FERNANDO VILLAMANDOS

«Partido disputado hasta el Último segundo. Jugado con mucha intensidad por los dos equipos. Y se lo llevÓ el que jugÓ los minutos finales deL encuentro y los de la prÓrroga con más serenidad, sabiendo lo que tenían que hacer para poder llevarse el triunfo.

Por el otro lado, los del Canarias hoy jugaron con excesiva precipitación que llevaba a fallar balones que otras veces no se fallan. Pero hoy se hizo un poco para ver qué salía, no se tenía claro que es lo que se pretendía.

Todo esto hizo que cuando se tenía el balón no se definía claramente el juego que se quería hacer y llevaba a esas precipitaciones. Y todo se decidió en el tercer cuarto, que no se salió con la concentración que se requería y permitió que el Ucam volteara la situación. La relajación fue de tal grado que se terminó perdiendo el cuarto por quince a veintinueve.

Feas se ponían las cosas y más teniendo enfrente dos hombres que volvieron locos a los laguneros. Hoy McFadden y Chiozza amargaron a la defensa del Canarias. Porque pocos fallos tuvieron en sus tiros, y eran tiros la mayoría de ellos de tres.

El arreón del último cuarto no fue suficiente para dar la vuelta al partido. Se llegó con empate en el marcador al final del encuentro, pero se terminó perdiendo.

Yo sigo sin entender a los árbitros. Sé que es difícil, muy difícil. Pero las faltas de apreciación son complicadas, porque una cosa ves tú y otra el árbitro. Pero es que se pita una personal a un jugador y por salir diciendo que no ha sido, se le pita una técnica. ¿Se la merecía?, quizás sí, pero en la misma circunstancia la hace uno del equipo contrario y no se aplica el mismo castigo, y eso que este se la protesta directamente y se queda con él discutiéndola.

No se mide por el mismo rasero y eso es lo peor que puede hacer un árbitro. Ahora, lo más fragante fue la canasta de un triple con la que se empata el partido donde Chiozza hace el tiro dando tres pasos bien claros, uno hacia delante y dos hacia atrás, que permiten distanciarse de su marcador, con el árbitro delante y se da la canasta por válida.

Se llevó el partido el equipo que aparte de que le saliera las cosas, lo luchó en todo momento. Lo pelearon. No así el Canarias, que jugó con demasiada tranquilidad, como si pensara que «esto lo arreglamos». Pero ese bache que tuvo en el tercer cuarto fue el que cambió el rumbo del partido y lo que es peor, la confianza en su juego.

La afición llevó en volandas al equipo, que estuvo a punto de conseguir el objetivo final. Se extrañó a Fitipaldo, pues no se le pudo dar los relevos suficientes a Huertas que no estuvo tan clarividente en los minutos finales como otras veces. Y se jugó mucho tiempo con un hombre alto, mientras el Ucam lo hacía con tres y la lucha de los rebotes les favorecía.

Queda por jugar lo más duro de las competiciones donde el Canarias se encuentra peleando. Que lo haga, y que juegue con confianza, no confiado porque si no pasan cosas como las de hoy.

DISFRUTEN DEL BALONCESTO