Un arbitraje «decente» corta la agresividad del Strasburgo

Hoy se ha podido comprobar cómo unos buenos colegiados, aplicando las reglas por igual en ambas zonas, hacen que el baloncesto sea un juego y no una «agresión» constante de un equipo contra el otro. Los árbitros del San Pablo Burgos-Strasburgo deleitaron por su seriedad y control del partido, cortando de raíz los «hachazos» de los franceses-americanos del conjunto galo.

Y cuando se juegan con las mismas normas es complicado que el menos bueno salga victorioso. Y esta noche el menos bueno fue el Strasburgo, ese equipo que no merecía estar en semifinales porque su mérito fue hacer «King Boxing» frente a Lenovo Tenerife, con la permisividad de tres señores que habrán cobrado como árbitros pero que no ejercieron como tales.

Dicho esto, satisfacción por ver que al menos uno de los tres representantes españoles estará en la gran final del domingo (17:00 hora canaria), después de establecer un 81 a 70. Cinco de sus jugadores finalizaron por encima de la decena de puntos: Benite (16), Rivero (16) McFadden (12), Kravic (11) y Horton (10). Eso y el dominio español en los rebotes, faceta que también ganaron con ese 40 a 30.

El San Pablo Burgos, en su segunda final de la BCL consecutiva, se las verá con un complicado rival, el Pinar Karsiyaka, «verdugo» de un Casademont Zaragoza incapaz de jugar con tranquilidad los últimos 90 segundos, cuando tenía opciones de alzarse con la victoria. Al final, 79 a 84,  con 24 tantos de un hombre a vigilar el domingo con mucha atención, Sek Henry, quien firmó un 7/7 desde el 6,75. Por los maños destacaron Wiley, autor de 21 tantos, seguido por los 15 de Nico Brussino.

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