Muere Ricardo Hevia, inolvidable entrenador del Breogán

El mundo del baloncesto llora la pérdida de Ricardo Hevia Álvarez, una leyenda de este deporte y concretamente del breoganismo, que falleció este sábado, a los 81 años.

El asturiano perdió la vida tras haberse sometido en el Hospital Universitario Lucus Agusti (HULA) a una delicada operación hace dos semanas.

LUIS CONDE (La VOZ DE GALICIA).

Nació en Mieres en el año 1940, y toda su vida la dedicó al baloncesto, deporte que fue su gran pasión hasta el final. De hecho, era quien se encargaba de los comentarios técnicos y de opinión en La Voz sobre el Río Breogán. Comenzó muy joven en Mieres, jugando en el equipo local, y a los 26 años decidió emprender su faceta de entrenador. Así, fue preparador del Oviedo, el Gijón, el León durante un año y, luego, recaló en Lugo para entrenar al Breogán, de esto hace ya 33 años. No solo lo cautivó el equipo lucense, al que dirigió durante varias temporadas, sino que se enamoró de la ciudad en la que se quedó a vivir, en una urbanización en Outeiro de Rei. Y conocía sus barrios, tenía sus amigos y, como bien dijo en una entrevista en La Voz como demostración de lucencismo, «incluso mi hijo es de Lugo».

Entre sus anécdotas, recordaba cuando el Breogán empezó su ascenso y le tocó en la final para subir a Segunda, lo que sería ahora la liga LEB, jugar contra el Mieres, equipo del que él era técnico. Curiosamente, después de aquel encuentro, a los veinte años se convertiría en el entrenador del equipo lucense.

Ricardo Hevia fue un trotamundos del básquet. Además de entrenar al Breogán, el asturiano dirigió al Gijón Baloncesto, Trahedi Oviedo, OAR Ferrol, Murcia y Ourense Xacobeo. Al cuadro lucense lo entrenó cuatro temporadas en la ACB, siendo las siguientes en la EBA y en la LEB. En una de sus entrevistas en La Voz, Hevia reconocía que cuando comenzó nunca pensó que llegaría a ser profesional y a vivir del baloncesto.

Era un personaje muy conocido y querido en la ACB. En sus últimas visitas al Pazo, se le vio departiendo muy amistosamente con gente como Alberto Herreros, en la visita del Real Madrid, o el jefe de los árbitros de la liga, José Antonio Martín Bertrán. Siempre eran charlas relacionadas con el baloncesto. Era un acérrimo seguidor del Oviedo y el Real Madrid. A mayores, era un gran amante de los animales. Cuidaba con mucho cariño de sus perros.

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