Un homenaje a los «Marea» y «Fiebre Amarilla» de los OCHENTA

El Club Baloncesto Canarias volvió a protagonizar un emotivo y bonito momento. Aconteció entre el primer y segundo cuarto. 

AGUSTÍN ARIAS.-

Fue el sencillo y a la vez importante acto de reconocer a aquellos jugadores que, en la década de los ochenta, vistieron las camisetas de los dos clubes de baloncesto más grandes que ha tenido Tenerife, el RC Náutico de Tenerife y el CB Canarias.

Para la ocasión se encargó un número limitado de bufandas con los colores y los escudos de ambas entidades.

Salieron al parquet deportistas que hace cuarenta años deleitaban a los aficionados al deporte de la canasta con sus jugadas. 

Ellos protagonizaron un buen número de partidos entre ambos clubes que llenaban todas las localidades de las cancha de la avenida de Anaga y del Luther King.

Aquellos apasionantes enfrentamientos entre laguneros y chicharreros eran conocidos por el choque entre «La Marea» y la «Fiebre Amarilla».

Una bonita historia de «amor & odio» que empezaba y finalizaba en las dos citadas pistas, porque al día siguiente, tras las «quedaditas» del ganador sobre el perdedor, todos volvían a ser tinerfeños.

En representación de aquella década de los ochenta se llevaron la ovación del Santiago Martín nombres propios que llegaron a ocupar muchas páginas en los periódicos de la época (El Día, Jornada Deportiva, La Tarde y Diario de Avisos).

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Mirando esta foto, gentileza de Emilio Cobos, fotógrafo del CBC, vemos, de izquierda a derecha, a:

Rubén Rodríguez, suegro del entrenador-ayudante canarista Nacho Yáñez. Defendió las dos camisetas. Un base con mucha categoría.

A su lado Wen Perdomo, jugador en activo hasta hace un año. También formó parte del Náutico, CajaCanarias, incluso del Tenerife Número Uno.

Le sigue Pedro Ramos, al que «bauticé» como el «americano de Taganana». Comenzó en «La Marea» y subió a La Laguna para ser un «fiebre amarilla».

Con la bufanda en vertical vemos a Juan Carlos Recuenco, jugador del Náutico. Era más bueno que su hermano Ángel Recuenco, de ahí que se dedicara a arbitrar. Eso sí, don Ángel llegó a la ACB y fue internacional.

Carlos Aguilar, otro nauta desde las categorías inferiores. Siendo júnior compartió vestuario y parquet con Javi Hernández, Fernando Esquivel, López-Abellán, también en este reportaje, siendo sus entrenadores Hernández Rizo y José Felipe Coello. Tras dejar la competición se convirtió en entrenador.

El más pequeño de todos, de estatura, es Alejandro Luque, quien como entrenador participó activamente de numerosos derbis Náutico-Canarias, en todas las categorías.

Le sigue el gigantón canarión Matías Marrero. Tuvo la suerte de lucir las dos camisetas. Un cinco duro que incluso le daba leña en los entrenamientos a Eddie Phillips, Harper y Kurt Nimphius.

El siguiente de la foto es Javier Hernández, cariñosamente conocido en el ámbito cestista como «Javi el moro». Nauta primero y canarista después. Un excelente alero.

En el centro de la imagen, Juan Méndez, alias «el rana». «Made in Canary CB». Lo trajo Pepe Cabrera de La Palma siendo muy jovencito, fue júnior y subió al primer equipo. Participó en seis ascensos a Liga ACB con distintos clubes. Sus entradas a canasta siguen siendo recordadas hoy en día. En la actualidad trabaja para el CB Canarias, en el área de Eventos y Comercial.

Fernando Esquivel, el «profe de matemáticas» y actual comentarista en Radio Marca Tenerife. También compartió pasiones cestistas con los dos clubes. Un excelente base.

Otro gigantón que, nacido en Badajoz, PAZ TALÁN. Vino al Canarias entrenado por Pablo Casado. También pasó a formar parte del Claret Gran Canaria.

A continuación el biólogo Luis José López-Abellán. Primero nauta, y de los buenos, después aurinegro, mucho mejor (ja,ja,ja). Encima se casó de una conocida periodista que en sus inicios escribía de baloncesto, mi amiga María Luisa Arozarena, directora de Radio Nacional de España.

Le sigue un «marea» y «fiebre amarilla», Luis Macía Echene. Vivió con el Náutico muchos derbis de base, y, como júnior, los del primer equipo.

Una anécdota: participando él y yo en la Olimpiada del popular cafetería de la avenida de Anaga Arkaba. En el torneo de baloncesto, Luis reforzó a Radio Club Tenerife y un servidor jugaba con Jornada Deportiva. Quedamos empatados a triples. En el momento de la entrega de trofeos aquel jovencito subió conmigo al escenario y como tan solo había una copa le dije al presentador-organizador «Juanito del Arkaba» que se la entregaran al chavalito, que seguro le haría ilusión. Creo que a día de hoy no lo ha olvidado.

Con polo de color verde, el tacorontero «Miguelón» Pérez. Formó parte del CB Canarias ya en el Ríos Tejera. Tenía un buen tiro y entraba muy bien a canasta. Posteriormente militó en varios clubes, entre ellos San Isidro y CB Tacoronte.

Tapado por su propia fubanda, Antonio Hernández, un «cuatro» que jugaba de «cinco» por necesidad del guión. Fue en la segunda etapa del club aurinegro, en la etapa de la  obligada recalificación del club.

Y el último, no por ello menos importante, el lagunero Suso González. Un «fiebre amarilla» desde la cuna, como lo es su hermano Fermín, también canarista. Siendo júnior fue captado por el Real Madrid.

1 Comentario
  • Suso Gonzalez
    Publicado el 08:52h, 14 mayo Responder

    Gracias Agustín por escribir estas notas sobre aquel baloncesto en el que el Canarias empezaba a sustituir la grandeza del Náutico de primera división que nos enseñó a amar el baloncesto

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