«Un triunfo para quitarse el sombrero», titula EL DÍA

CRÓNICA DE CARLOS GARCÍA.-

Suma y sigue pese a las adversidades. Sin apenas rotación (nueve jugadores tras la baja final de Santi Yusta), pero con una concentración superlativa y un acierto sobresaliente (15/29 en triples), el Lenovo Tenerife se ha impuesto de forma solvente en su visita al San Pablo Burgos (86-98) en un encuentro en el que siempre llevó la delantera en el marcador. Un triunfo con un valor incalculable, y en un momento delicado por las limitaciones físicas, que no solo consolida a los isleños en la tercera plaza, sino que prácticamente le asegura ser -en el peor de los casos- la cuarta posición y ser cabeza de serie en la ronda de cuartos de final. La soberbia actuación (una vez más) de Huertas (23 puntos y cinco asistencias para 31 de valoración) resultó desequilibrante en favor de la escuadra de Txus Vidorreta, que también tuvo en Cavanaugh (18 tantos) Doornekamp (15 puntos y ocho rebotes para 23 de valoración) a hombres destacados.

Fue buena la salida canarista, primero con Cavanaugh asistiendo y anotando de tres, y luego con la conexión en el 2×2 entre Huertas y Shermadini. Así, los aurinegros se vieron con un 2-10 a su favor en apenas tres minutos. Reaccionaron los locales corriendo al aprovechar errores en el tiro de los laguneros, e incidiendo en la zona (9-10), hasta el punto de tener bola para adelantarse, pero el Lenovo supo cerrar a la perfección la hemorragia. Lo hizo con un tapón de Shermadini y sendos triples de Doornekamp y Rodríguez (9-16).

Condicionado desde el inicio por la necesidad de rotaciones cortas para llegar con aire al final del choque, el Lenovo no perdió la compostura pese a que su rival insistió en meter balones dentro (12 puntos en la pintura en el primer cuarto). Lo contrarrestó el equipo de Vidorreta con la producción bajo aros de Guerra, un triple de Sulejmanovic, pero sobre todo con un buen par de defensas de los pequeños (Fitipaldo y López) que supieron aguantar hasta el final y permitir el +8 al término del primer cuarto (16-24).

El arranque del segundo acto fue casi perfecto para los canaristas, con dos triples (a sendas asistencias de Fitipaldo) al filo de los 24 segundos de posesión para disparar su renta hasta el 16-30. Colchón ya más que considerable que el Lenovo supo mantener extendiendo su acierto desde el perímetro (7/12 tras el segundo acierto de Cavanaugh) para el 21-35 frente a un rival que redobló jugadas en el interior. Y es que el Burgos encontró un filón dentro en un Kravic tan poco ortodoxo en sus movimientos como efectivo de cara al aro (11 puntos en 12 minutos), toda vez que su porcentaje en el exterior dejó mucho que desear: 1/11.

Ahí el Canarias encadenó varios errores, en tiros liberados desde el arco, aunque su buen criterio con el balón (dos pérdidas en 17 minutos) y su notable actividad defensiva le permitieron que su rival no bajara nunca su desventaja de los nueve puntos (30-39 y 32-41). Sin un juego fluido ni brillante, el Lenovo supo tener calma delante y, de la mano de un batallador y generoso Fitipaldo (con ocho asistencias al descanso, las dos últimas, tras robo para Shermadini, y a la esquina para el triple de Rodríguez), se marchó al descanso 12 arriba: 32-44. Todo pese a los grandes porcentajes de su rival cerca del aro (12/17 en tiros de dos, todos dentro de la zona). Salvo en el caso de los bases (15 minutos para Huertas y Fitipaldo), el reparto pareció estar controlado (solo Sulejmanovic hizo dos faltas) frente a un rival en el que su técnico, Joan Peñarroya, insistió una y mil veces en que a la larga de los 40 minutos los suyos saldrían ganando.

Entró más enchufado el Burgos a la vuelta de vestuarios, sobre todo con un mayor acierto exterior (triples de Benite y Rabaseda), aunque el Canarias aguantó el envite también desde el perímetro con los aciertos de Cavanaugh (2) y Huertas (42-53). Y a pesar de que los locales mantuvieron su notable progresión anotadora (22 puntos en seis minutos) para ir limando poco a poco su desventaja hasta el 49-55, el Lenovo no se descompuso. Ahí salió al rescate, para variar, Huertas, con un par de canastas y un triple sobre la bocina de 24 para evitar la reacción local (54-62).

Pero no terminó de estar cómodo el Canarias, que solo pudo sacar un libre de una antideportiva, le costó leer la zona de su oponente, no terminó de correr hacia atrás lo suficientemente rápido y, además, regaló un rebote ofensivo en el tiro libre para que su ventaja se quedara en cuatro (59-63). Pero tampoco le temblaron las piernas a los laguneros gracias al triple de Sulejmanovic, un 2+1 de Shermadini y una penetración de Doornekamp para el 63-71. Una canasta de Kravic (36 puntos ya en la pintura) y un triple final de McFadden dispararon a los burgaleses hasta los 36 puntos en el periodo y dejar en solo cinco el colchón canarista (68-73) antes del acto final.

Tiró de paciencia y aportación colectiva el Canarias en el momento de la verdad, con Doornekamp sacando ventaja en el poste y luego desde el perímetro (3+1), Fitipaldo penetrando y asistiendo, siendo fiable desde el tiro libre (5/5) y con la dirección de Huertas. En menos de tres minutos un parcial de 2-12 devolvió a los aurinegros a un estado de tranquilidad (70-85).

Trató de reaccionar el Burgos con tres pequeños para tener más amenaza exterior (triples de Renfroe y Cook) y actividad atrás (dos robos de Cook), pero de nuevo con paciencia y llevando sus posesiones al límite de los 24, el Canarias mantuvo a buen recaudo su ventaja (76-87 y 80-93) mientras el tiempo corrió a su favor. Un camino que llevó a la desesperación a los locales y hasta la victoria número 22 del curso a los aurinegros, que van camino de firmar una fase regular de campanillas.

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