«Barça, Madríd, el Canarias ya está aquí». «Campeones, campeones, campeones». «Bota La Laguna, bota eh». «Esto sí que es un pedazo equipo»…

Fueron algunos de los cántitos entonados en el día de hoy por las gradas de un Santiago Martín lleno hasta la bandera, en un inolvidable 8 de abril de 2012, domingo de RESURRECCIÓN.

La fiesta se vivió por todo lo alto, con un ambiente espectacular. La directiva se vio obligada a cerrar las taquillas y colocar el cartelito de «Entradas agotadas», como sucedió en muchos de los partidos de aquel Canarias que en la 85/86 logró el último ascenso aurinegro a la ACB, en la etapa también memorable de los Carmelo Cabrera, Eddie Phillips, Manolo de las Casas, Juan Méndez, «Titi» Garcia…

Las dos peñas canaristas -hay una tercera, LA ESQUINA, que hoy volvió a dar una lección de cómo apoyar a un equipo que representa al BA-LON-CES-TO tinerfeño sin ser de Garachico- se concentraron desde primeras horas de la mañana en dos puntos emblemáticos de la ciudad: el pabellón Ríos Tejera y la plaza del Cristo, desde donde partieron dos caravanas con dirección al Santiago Martín. Con la veterana peña viajaron el padre Anchieta y la cruz de piedra, dos símbolos de La Laguna, ciudad sede del histórico CB Canarias, el de TODA LA VIDA, que hoy volvió a recuperar su plaza entre los grandes del basket nacional, si bien será en julio cuando se refrende, o no, el ascenso, cuestión de don dinero y de las exigencias de la propia ACB, una caja de recaudar dinero.

Pasadas las 11 de la mañana se abrieron las puertas del recinto, siendo masiva a presencia en los exteriores de aficionados, muchos con bufandas y camisetas aurinegras y otros sin lucir dichos colores. Todos querían participar y vivir la fiesta del ascenso y todos tuvieron cabida en la misma pues sigue estando clarísimo que el ascenso del CB Canarias es el ascenso de Tenerife.

60 minutos antes de iniciarse el partido las gradas del segundo anillo, no abonadas, ofrecían un aspecto impresionante y garantizaban el llenazo. Las peñas fueron llegando al pabellón para comenzar a calentar el ambiente. A 30 minutos para lanzar al aire el primer balón en el Santiago Martín apenas quedaba un centener de butacas sin ocupar. De hecho la tardía llegada de la peña LA ESQUINA, desde Garachico, motivó un problema a la organización, pues sus habituales lugares estaban ocupados. Los peñistas, que venían con una ilusión tremenda por vivir la fiesta, aceptaron la invitación de ver el partido de pie, desde uno de los fondos.

Con el paso de los minutos nos fuimos encontrando con ex jugadores, sintiendo una sensación especial al darle un abrazo a Iker Urreizti, quien prometió estar el día del ascenso y no falló. Y lo hizo con una bufanda y con las mejillas pintadas con los colores amarillo y negro. También fue especial el reencuentro con Carmelo «Mago» Cabrera, con Juanito Méndez, presentes en distintos ascensos… Chuchi Arencibia, Hernández Rizo, entrenadores en distintas etapas como Pocho Jerez, Jou Costa o Víctor Armijo. Ex jugadores como Thovar, Dani, Edgar, Boozer. Viejos aficionados aurinegros, los de toda la vida… Nadie o casi nadie quiso perderse un día tan especial.

El partido resultó disputado y jugado de poder a poder. El Iberostar ganó por 4 tantos el primer parcial (19-15), perdió el segundo por uno (26-27), también el tercero (21-22), para deleitar a la masa social en el definitivo con un 25-13 que elevó la diferencia al 91-77  final. Jugadas espectaculares, como una entrada hasta la cocina de un gran Nico Rochotti, o la serie de triples consecutivos del experimentado Nacho Yáñez (4 de 5) en la segunda mitad. Cuatro locales superaron la docena de tantos: Fotios (15 y 8 rebotes), Yáñez (14), Sábat (13) y Rost (12). Todos aportaron su granito de arena para hacer que la fiesta del ascenso tuviera un final con triunfo.

Por el Lleida destacó la efectividad de Feliú, además de las buenas maneras de un ex canarista que fue ovacionado por una afición que no le olvida: Jason Detrick, autor de 11 tantos.

A falta de 3 minutos opté por bajar al parquet con mi cámara y así plasmar los momentos más emocionantes de la cita con el ascenso. Me puse junto al banquillo local, donde ya descansaba el MVP nacional, Richi Guillén. Óscar, viéndose ya vencedor, comenzó a dar y recibir empujones de los jugadores, quienes vivieron mirando a la grada la recta final del choque. fundiéndose todos en un abrazo cuando el joven Romén Hernández sumaba sus dos puntos.

Ya por entonces las peñas corearon el grupo de «Campeones, campeones, campeones», a la vez que la peña LA ESQUINA provocó el sutnami que originó la ola gigante que invadió el graderío. La fiesta estaba en su máximo esplendor y los abrazos, las lágrimas reemplazaban a los aplausos para una plantilla y un cuerpo técnico que ha dominado la Adecco Oro de principio a fin, logrando el salto a la ACB como campeón a falta de tres jornadas y 34 puntos.

El grito de guerra de los locales en el centro de la cancha se dio la mano con la ovación que recibió el Lleida, y especialmente Detrick, en su retirada al vestuario. Las peñas San Benito y Frente Los Pollos Amarillos desplegaron sus banderas gigantes y algunas pancartas, algunas muy emotivas, como la que hacía partícipe del ascenso a Santiago Martín, Benigno Afonso, Pepe Cabrera, Richy Bethencourt y Airan Higueras, quienes en el Cielo siguieron el partido que ofreció en directo Televisión Canaria, con programa previo de 30 minutos incluido.

Otro detalle, más bien cachetada a navegantes, de la peña decana al lucir la bandera de TENERIFE, es decir, la de TODOS,  junto a la morada de La Laguna y la aurinegra del CB Canarias. Y todo ello a los acordes de un himno: «BOTA LA LAGUNA, BOTA EH», como diciendo a cuatro «buscapleitos» pues si no te gusta el caldo toma dos tazas.

Los jugadores lucieron la camiseta del ascenso y un aficionado y basketmaníako se colocó una amarilla que decía: «Canarias en la ACB ¿Verdad que jode?»… Y es que en ironía es difícil superar al canarismo. Por cierto, ví a Ricardo Melchior haciendo la ola y con él al alcalde lagunero. No la hizo, quizás porque se le hubiese salido la camisa, Paulino Rivero, todavía presidente del gobierno de Canarias.

Ya en túnel de vestuario invitación a acceder al del Canarias, pero una voz amiga me salvó del baño: «No entres porque el que lo haga se va directamente a la ducha». Lo hizo Luis Macías y salió por patas, con su camiseta mojada. Es más, la rueda de prensa salvó a Alejandro Martínez de recibir el baño de multitud. Cuando le dijeron que le esperaban sus jugadores dijo: «Sí hombre. Diles que entrenamos el martes».

Vuelvo al parquet y los grandes seguidores del CB Canarias seguían en las gradas. Entre la afición descubro a mi amigo Juanjo García, aquel seguidor tinerfeño que se fue al Eurobasket y que mostró a las cámaras las bufandas del CB Canarias, del Tete y de España (¿Lo recuerdan?). Los amigos de Los Pollos Amarillos se fueron de paella a un bar próximo y la peña San Benito inició la caravana de vuelta hacia las calles de La Laguna, respetando, eso sí, la procesión y el respeto por la muerte del obispo Felipe.

Jugadores, técnicos, directivos y amigos se fueron a comer al Bodegón Guillermo, alargando así la celebración. Mañana lunes están todos citados a las 13:30 horas en el Iberostar Grand Hotel, en homenaje al patrocinador. Allí atenderán a los medios informativos por espacio de 60 minutos, para disfrutar después de un almuerzo oficial que les ofrecerá IBEROSTAR, la cadena hotelera que creyó en el proyecto aurinegro.

Esta es la crónica vivida por un periodista veterano al que no le importó volver a emocionarse cuando aficionados de toda la vida se fundieron en un abrazo para celebrar otro hito para el libro de oro del CB Canarias. Un éxito que va dedicado a Pepe Cabrera Vidal, quien tras hacer grande al Náutico puso los mimbres para llevar al club nacido en 1939 a la gloria. Ya es equipo ACB, porque deportivamente demostró ser el mejor.

Enhorabuena a la FIEBRE AMARILLA por aguantar todo tipo de engaños, descalificaciones y desplantes en una etapa de su historia y que, pasito a pasito, sin prisas pero sin pausa, ha sabido renacer, subir puertos de montaña tales como la EBA, la LEB-2 y la Adecco Oro, para vivir, en apenas cinco años después (me lo recordaba esta mañana Javi Fernández) el retorno a la liga de las estrellas. Y lo hace 21 años después con presencia de muchos que arroparon este proyecto y en ausencia de personas que se merecen ser tenidas en cuenta: Santiago Martín, Benigno Afonso, Pepe Cabrera y quienes lucieron la camiseta Abreu, Richy, Higueras, Paquito…

Y termino este relato con mis VIVAS favoritos: ¡VIVA LA LAGUNA!. ¡VIVA TENERIFE! ¡VIVA CANARIAS!. ¡VIVA ESPAÑA! y VIVA EL BA-LON-CES-TO!

Postdata/ Felicidades  papá y mamá. Sé que allá arriba están celebrando el ascenso del equipo al que me llevaron un día de 1965 cuando apenas tenía 10 años ¡Gracias por hacerme entender lo maravilloso que es tener sentimientos.